El documento discute los chistes de violación, si representan libertad de expresión o violencia. Examina un estudio de más de 40 chistes clasificados por 350 personas de 70 países. Algunos comediantes defienden los chistes de violación como parte del proceso de entrenamiento en los clubes de comedia, mientras que otros reconsideraron esta postura. También depende de la situación particular de cada sujeto y si el público está listo para contenido ofensivo.