El documento resume la historia de los dos torreones de Valdivia construidos en el siglo XVIII por la corona española para la defensa de la ciudad: el Torreón del Barro, ubicado en uno de los accesos antiguos a la ciudad, que se convirtió en prisión en 1785; y el Torreón de los Canelos, proyectado en 1668 para contrarrestar los ataques indígenas, con muros gruesos construidos por el gobernador Joaquín de Espinoza.