Este documento resume la vida y obra del poeta español Antonio Machado, destacando algunos de sus poemas más representativos. Brevemente describe su nacimiento en Sevilla, su educación en Madrid, sus viajes a París donde conoció a otros intelectuales, su trabajo como profesor y matrimonio en Soria, el fallecimiento de su esposa, su traslado a Baeza y luego el exilio a Francia durante la guerra civil española donde murió junto a su madre. Resalta poemas como "Españolitos", "
1. Estamos celebrando los 75 años de la muerte en Colliure (Francia) de nuestro gran
poeta ANTONIO MACHADO. Sería insensato reunir sus mejores poemas, así que me
he permitido seleccionar sólo algunos que considero pintiparados o actualísimos para
nuestra realidad española de hoy mismo. Para que su vez se siga escuchando…
2. ANTONIO MACHADO
(Sevilla, 26 de julio de 1875 - Collioure,
Francia, 22 de febrero de 1939). Fue un
poeta español, miembro tardío de la
Generación del 98, cuya obra inicial suele
inscribirse en el movimiento literario
denominado Modernismo. Fue uno de los
miembros más representativos de la
denominada Generación de 98, y su obra
es el vivo reflejo de esa España en
decadencia cultural y política que tanto
preocupó a los intelectuales de su tiempo.
3. En una de las
viviendas del
Palacio de las
dueñas en Sevilla
nació Machado
el 26 de julio
de 1875.
Su padre, Antonio Machado Álvarez "Demófilo", amigo de Joaquín Costa y de
Francisco Giner de los Ríos, publicó numerosos estudios sobre el folclore andaluz
y gallego. Su madre, Ana Ruiz. Su abuelo, Antonio Machado Núñez, era médico y
profesora de Ciencias Naturales.
4. En 1883, su abuelo es nombrado profesor de la Universidad Central de
Madrid y toda la familia se traslada con él a dicha ciudad. Antonio Machado
completa entonces su formación en la célebre Institución Libre de
Enseñanza, fundada por Francisco Giner de los Ríos.
5. En 1899, Antonio Machado viaja a
París, donde vive su hermano el
poeta Manuel, con quien en lo
sucesivo emprenderá una carrera
conjunta de autores dramáticos, y
trabaja de traductor para la Editorial
Garnier.
Allí entrará en contacto con, por
ejemplo, Oscar Wilde y Pío Baroja y
asiste a las clases del filósofo Henri
Bergson, que le impresionan
profundamente.
Vuelve a España y trabaja de actor
mientras alcanza el título de
bachiller. En 1902 vuelve a París y
conoce a Rubén Darío. De vuelta a
Madrid entabla amistad con Juan
Ramón Jiménez y publica Soledades
(1903).
6. Elige la vacante del instituto de
Soria, donde conoce a Leonor
Izquierdo, con la que se casará dos
años después teniendo ella 15 años
y él, 34.
En 1911 viajará a París al conseguir
una beca para ampliar sus estudios.
Leonor cae enferma de tuberculosis
y muere en 1912, lo que sume a
Machado en una gran depresión y
éste solicita su traslado a Baeza
(Jaén), donde vivirá con su madre
dedicado a la enseñanza y al
estudio.
8. Con el estallido de la Guerra Civil
Española marcha a Valencia. En 1937
publica La guerra. Entre 1937 y 1939,
Machado publica un total de 26
artículos en La Vanguardia (que en
aquella época era el órgano de
expresión del gobierno de la
República y recogía firmas de los más
destacados intelectuales y escritores
que apoyaron la causa republicana).
9. Carta autógrafa
En febrero de 1939. a la caída de Barcelona huye de España - en una ambulancia,
con Joaquín Ramón Xirau y Pilar Subías, la esposa de éste - y se exilia en
Collioure (Francia), donde poco después se produce la muerte del poeta y la de
su madre con sólo tres días de intervalo.
10. Séquito el día de su entierro en Collioure (Francia) el 22 de febrero de 1939
12. ESPAÑOLITOS
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza.
Entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Goya
13. PARÁBOLA
Érase de un marinero
que hizo un jardín junto al mar
y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor
y el marinero se fue
por esos mares de Dios.
La España de charanga y pandereta
cerrado y sacristía
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma quieta
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
14. HE ANDADO
MUCHOS CAMINOS
He andado muchos caminos
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.
Y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
15. Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio
preguntan a donde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja.
Y no conocen la prisa
ni aún en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino,
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
16. Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
CANTARES
17. Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
18. Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
Riveras del Duero en
Soria al que cantó Machado
19. Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»