María alaba a Dios por su gran misericordia y poder, ya que a pesar de su humillación como esclava, Dios la ha enaltecido y ha hecho grandes obras por ella. Dios derriba a los poderosos de su trono y enaltece a los humildes, colmando a los hambrientos de bienes y despidiendo vacíos a los ricos. Dios auxilia a Israel como lo prometió a los padres de acuerdo a su misericordia eterna.