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Mantenimiento de tu cámara reflex
1. Mantenimiento de tu cámara reflex
La limpieza y el mantenimiento de nuestra cámara
réflex es importantísimo. Con el calor nos apetece más sacar
nuestra réflex a pasear para capturar los mejores momentos de
nuestras vacaciones y puede que más de uno se encuentre con
manchas en el sensor o el espejo que hay que subsanar para
disfrutar de la fotografía.
Hoy, os traemos cuatro consejos de limpieza para que demos un
repaso por las partes más importantes de nuestra cámara para
aprender a limpiar partes tan delicadas como el sensor o el
espejo.
El cuerpo, los diales y los botones
Limpiar el cuerpo de cualquier suciedad visible es fácil. La cosa se
complica cuando intentamos acceder a los pequeños huecos que
dejan los diales, los botones y el visor óptico, que parecen
imantar la suciedad.
La solución para limpiar estas zonas difícil es usar un palillo y un
paño de algodón como una camiseta vieja o un pañito microfibra
humedecido en alcohol. Desestimaría el uso de bastoncillos de los
oídos porque además de que pueden ser demasiado gruesos para
estas zonas, pueden ser contraproducentes debido a la celulosa
que desprenden cuando limpiamos con ellos.
2. Fotografía de Chris Hunkeler
Personalmente haría especial incidencia en la limpieza del visor
óptico por ser una zona importante pero difícil de acceder. Para
limpiar la pantalla LCD recomendaría llevar siempre encima un
pañito de microfibra para retirar el sebo facial que pueda quedar
adherido cuando hagamos uso de la galería o el Live View.
La cristalería, reluciente
Otra de las zonas críticas de limpieza es el objetivo. Hay muchos
fotógrafos que a pesar de limpiar el elemento frontal del objetivo,
lo hacen mal. Por ejemplo, hay quien dá una pasada con la
camiseta que lleve puesta, que es casi peor que no limpiarlo.
Para limpiezas normales, lo más normal es emplear un pañito de
microfibra para retirar las pequeñas manchas, pudiendo
humedecerlo en agua si hablamos de manchas un poquito más
rebeldes. No nos olvidemos que el objetivo tiene dos elementos a
la vista, y que muchas veces limpiamos el frontal olvidándonos
del trasero. De vez en cuando es recomendable sacar el objetivo
y darle una pasada al elemento trasero y los contactos, revisando
de paso los siguientes elementos de nuestra lista: el espejo y el
sensor.
3. Las tripas: espejo y sensor
Los fotógrafos somos gente meticulosa. Nos gusta que todo esté
en perfectas condiciones y por eso conocer cómo limpiar el sensor
es vital para que nuestras imágenes luzcan perfectas.
Fotografía de M.Kemal
Cuando quitamos el objetivo, lo primero que vemos es el espejo,
esa pieza que redirige la luz hacia el pentraprisma óptico. Que el
espejo tenga una mota de polvo hará que se vea a través del
visor de forma inmediata, pero no hay de qué preocuparse ya que
esa mota no saldrá en la fotografía final.
Para limpiar el espejo, tan sólo debemos retirar el objetivo y con
una ligera declinación, podemos pasar un pincel de cerdas muy
finas y suaves para que las motas se despeguen y caigan fuera de
la cámara. Si tan sólo movemos el polvo y no lo sacamos de la
cámara, no sirve de nada.
Cuando hablamos del sensor ya hablamos de palabras mayores.
Personalmente, recomendaría encargar la limpieza de un
elemento tan especial a un servicio técnico profesional. Si
nos decidimos a aventurarnos nosotros mismos, la mejor opción
probablemente serán los bastoncillos tipo escobilla.
4. Tras humedecer con alcohol isopropílico o similar una de las
partes y realizar una pasada, secamos y comprobamos la eficacia
fotografiando una superficie uniforme y bien iluminada con el
diafragma cerrado al máximo. Si todo ha salido bien, no
deberíamos ver ningún tipo de mancha en la fotografía. Si aún
observamos defectos en la imagen, podemos probar a realizar
una segunda pasada con alcohol para afianzar la limpieza.
Jamás debemos introducir aire a presión o con una pera al
sensor, puesto que corremos el riesgo de dañar el sensor o
introducir más porquería en las tripas de la cámara, algo
que sólo agravará el problema.
Agua y cámaras, mala combinación
Con el veranito nos apetece acercarnos a la playa con nuestra
cámara y... ¡salpicadura!. A no ser que dispongamos de un traje
hermético para proteger nuestro equipo, no recomendaría ni
acercarnos al agua con una cámara en la mano. De hecho, ni
siquiera recomendaría ir a la playa porque el viento puede
colar pequeños granitos de arena dentro del cuerpo.
Fotografía de Malcom Debono
En cualquier caso, lo principal ante una salpicadura pasa por
apagar la cámara inmediatamente o no encenderla y extraer
5. partes como la batería, la tarjeta de memoria y el objetivo. Es
importante airearla a la sombra, ya que el sol directo puede
dañar el cuerpo e incluso provocar daños en el circuito. Es posible
usar el secador de pelo a una distancia muy prudencial y con
calor bajo, vigilando que el equipo no se caliente, con el único
propósito de ventilar y retirar la humedad.
En caso de encenderla tras un tiempo prudencial y no se
encienda, desgraciadamente nuestra solución pasa por el servicio
técnico.