El mantenimiento preventivo tiene como objetivo evitar o mitigar las consecuencias de los fallos del equipo mediante la prevención de incidencias. Incluye tareas como el cambio de piezas desgastadas y lubricantes. También busca alargar la vida útil del equipo e instalaciones mediante la inspección y mantenimiento planificado sin causar interrupciones. Los programas tradicionales se basan en equipos que funcionan 8 horas diarias, pero deben modificarse si estos funcionan más tiempo para asegurar un mantenimiento adecuado.