Mari de Txindoki fue maldecida por su madre para buscar una vaca roja que se había perdido. Al buscarla, el diablo se le apareció en forma de la vaca y la arrastró a la cueva de Txindoki. Cuando su familia fue a rescatarla, vieron a Mari dentro de la cueva junto a un perro rojo que era el diablo. Mari les dijo que se fueran o el perro los mataría, así que se quedó en la cueva para siempre. Se cree que Mari se mueve entre la cueva de Txindoki y Muru