Entre 100,000 y 150,000 personas huyeron de Málaga a Almería en febrero de 1937 para escapar de las tropas franquistas. Durante los cuatro días que duró la huida, miles de civiles que incluían milicianos republicanos, sus familias y ancianos fueron asesinados en lo que se conoció como la "carretera de la muerte". Se calcula que unas 7,500 personas murieron a manos de las tropas franquistas durante la masacre, aunque la cifra exacta se desconoce.