La investigación médica requiere una metodología rigurosa que incluye investigación ordenada y crítica, evaluación constante para generar y transmitir conocimiento, así como la búsqueda de mejoras continuas para crear conocimientos preventivos. También requiere la integración de información multidimensional para obtener resultados específicos y generales, manteniendo siempre en claro la relación entre el sujeto y el objeto de investigación.