El Miércoles de Cenizas marca el comienzo de la Cuaresma, un periodo de 40 días de preparación espiritual antes de la Pascua. Durante la Cuaresma, los fieles practican el ayuno, la oración y la limosna como actos de penitencia y conversión. La imposición de cenizas en la frente recuerda a los fieles que son mortal y regresarán al polvo, invitándolos a la conversión a través del arrepentimiento y la fe en el Evangelio.