Este documento discute el caso bíblico del ladrón arrepentido en la cruz junto a Jesús. Aunque el ladrón no fue bautizado y aún así recibió la salvación, el documento argumenta que este caso no debe tomarse como un ejemplo normativo hoy, ya que ocurrió antes de que el Nuevo Testamento estuviera vigente y de que se estableciera formalmente la iglesia y la gran comisión.