1. A los grandes de la pluma
que se encuentran en el cielo,
virtuosos desde la cuna,
su muerte lleno de duelo.
La catrina se los llevó
directito al panteón,
su vida se acabó,
ya no hubo solución.
Azuela allá en la Rotonda
descansa con “los de abajo”,
que le sirvan otra ronda
y disfrute del relajo.
Rulfo echando el cuento
del “llano en llamas”,
causa el tormento
a las fallecidas almas.
Y Octavio descansa en paz
del laberinto encontró salida,
más la muerte tan audaz,
pronto le quito la vida.
Que sus obras les alcancen
el perdón siendo inmortales,
por lo pronto que le pasen
a ver sus ofrendas de tamales.
Milly.