La Muerte llegó y les dijo a Juan Rulfo, Carlos Fuentes y Octavio Paz que se los llevaría para que sus obras pudieran ser disfrutadas por los vivos y ayudar a reducir el analfabetismo, aunque ellos rogaron por sus vidas. Sor Juana se reía recordando su famoso poema sobre "hombres necios", mientras que otros escritores como Monsiváis, Rosario Castellanos y Azuela lamentaban que la literatura mexicana se vería afectada por sus muertes.