El documento critica la tendencia en España a eliminar símbolos históricos relacionados con Franco y la falta de respeto por la historia, en contraste con cómo se tratan los símbolos españoles en Estados Unidos. Muestra fotografías de banderas y monumentos españoles que permanecen en lugares como Nueva Orleans, Mobile y Alabama a pesar de conflictos pasados, mientras que en España se han eliminado nombres y símbolos. Concluye que la historia no puede ser manipulada y debe respetarse.