Las autoridades estadounidenses devolvieron a Mongolia el esqueleto reconstruido y casi completo de un Tiranosaurio Bataar de 70 millones de años, el cual había sido robado de Mongolia e ingresado ilegalmente a los Estados Unidos, donde fue subastado en 2012 por 1,05 millones de dólares. La investigación condujo al arresto de un estadounidense que admitió tráfico ilegal de fósiles de dinosaurios de Mongolia y China.