El poema describe un adiós definitivo entre dos personas. Indica que este adiós no esconde la posibilidad de un reencuentro en el futuro, y que las cenizas de lo que hubo entre ellos no guardan esperanza de que el fuego se encienda de nuevo. El autor acepta la ruptura de forma irrevocable y se despide para no volver la vista atrás ni permitir que el recuerdo del otro siga haciendo daño a su corazón.