Este documento es un homenaje a Eduardo Galeano tras su muerte. Expresa que aunque Galeano ya no esté físicamente, su legado y sus palabras continúan inspirando a muchos y uniendo a América Latina. Aunque se sienta su ausencia, su marcha ha multiplicado su presencia. El documento pide no llorarlo demasiado y en cambio empuñar la rabia y el dolor para continuar su lucha por un mundo más justo.