El ratón del ordenador estaba triste porque el ordenador siempre estaba apagado. El ratón le pidió a la torre y a la pantalla que se encendieran para que el ordenador y sus partes pudieran volver a jugar y pasarlo bien juntos como antes. Cuando se encendieron, el teclado comenzó a bailar y a mostrar letras y números en la pantalla, y el ordenador dejó de estar triste.