El documento habla sobre las multas que un municipio puede imponer a un negocio si no está registrado y declarado correctamente. Explica que el autor recibió una multa de $2000 por no presentar sus cuentas, pero pudo zafarse de la multa escribiendo una carta en la que alegó que regularizaría su situación fiscal. También advierte no confiar en personas que ofrezcan ayudarlo con el municipio a cambio de dinero y en su lugar asesorarse e informarse directamente para evitar futuros problemas.