El documento describe el olivo (Olea europea L.), un árbol originario de Asia Menor cultivado desde hace unos 6,000 años. Tiene hojas lanceoladas de color verde grisáceo y tronco grueso y retorcido. Fue ampliamente cultivado en el Imperio Romano y se le atribuyen propiedades terapéuticas para la tensión arterial y la diabetes, así como usos culinarios para su aceite y aceitunas. También se le asocia con la paz en varias culturas.

1. ‘‘ EL OLIVO’’ (Olea europea L .) Sergio Chozas Tato 2ºA 262009

2. Sus hojas son de 2 a 8 cm de largo, lanceoladas, con el ápice ligeramente puntiagudo de color verde grisáceo por el haz y mas pálidas por el envés. Tiene un tronco grueso, retorcido y a menudo muy corto. Tiene una corteza ligeramente fisurada color gris plateado. Parque San Andrés (zona media).

3. ORIGEN E HISTORIA El origen del olivo se remonta a la Éra Terciaria, antes de la aparición del hombre y el inicio de su cultivo se sitúa, en la zona de Asia Menor, hace unos seis mil años. El olivo cultivado procede de la variedad silvestre a través del acebuche u oleastro. El olivo silvestre se diferencia del cultivado en que su fruto es más pequeño y carnoso y por su menor porte. Entre los siglos II y III, el cultivo del olivo alcanzó su mayor expansión dentro del Imperio Romano. Los romanos tributaron honores a este árbol; cuenta Plinio que estaba prohibido dedicar su madera a usos profanos y solo se podía quemar en el altar de los dioses.

4. Aplicaciones terapéuticas : Sus hojas se emplean para reducir la tensión arterial y en el tratamiento de la diabetes. De la aceituna, por su parte, se extrae un aceite de propiedades beneficiosas para el sistema digestivo y para controlar el exceso de colesterol. Aplicaciones culinarias : Untado sobre una rebanada de pan tostado es, por si solo, un manjar espectacular. Además no hace falta hablar de las maravillosas aceitunas que preparadas correctamente son un manjar exquisito. Aplicaciones “mágicas”: El olivo es un árbol que se asocia a la paz en muchas culturas. Los cristianos utilizan sus ramas, bendecidas en la festividad llamada Domingo de Ramos (una conmemoración de cuando Jesús entró de adulto en Jerusalén), para colgarlas de sus balcones y ventanas, como signos de protección .