La retención en la fuente surgió originalmente como un mecanismo de recaudo del impuesto sobre la renta para inversionistas extranjeros sin domicilio en el país por concepto de dividendos. El Decreto 1651 de 1961 autorizó al Gobierno a establecer retenciones en la fuente para facilitar, acelerar y asegurar el recaudo del impuesto sobre la renta y sus complementarios, las cuales serían tenidas como buena cuenta o anticipos.