Este documento presenta tres historias cortas de niños que muestran pequeños actos de amor inspirados por Jesús, como compartir la comida con su madre a pesar de querer el postre, no enojarse con su hermano por quitarle el control remoto, y pedir perdón a su padre cuando le habló mal. Aunque estas historias no están directamente relacionadas con el versículo bíblico presentado, muestran cómo vivir el evangelio lleva a amar a los demás. El amor de Cristo nos impulsa irresistiblement

1. Palabra de VidaPalabra de Vida
Enero 2017
“Porque el amor de Cristo nos apremia”
(2 Co, 14).

2. “Porque el amor de Cristo nos apremia”
(2 Co, 14).

3. “Ayer fui a cenar fuera con mi madre y una amiga suya. Pedí
como guarnición un plato de chícharos, que decidí no comerme
para disfrutar el postre, que me apetecía más. Pero mamá dijo
que no.

4. Estaba a punto de enfadarme, pero recordé que Jesús
estaba justo al lado de mamá, así que me puse a sonreír”.

5. “Hoy he vuelto a casa cansado y, mientras veía la tele, mi
hermano me quitó el control de las manos. Me enfadé
mucho, pero luego me calmé y lo dejé ver la tele”.

6. “Hoy mi padre me dijo una cosa y yo respondí mal. Lo miré y vi
que no estaba contento. Entonces le pedí perdón y él me
perdonó”.

7. Son experiencias de la Palabra de vida contadas por niños
de 5º de Primaria de un colegio de Roma.

8. Puede que no haya una relación directa entre esas
experiencias y la Palabra que vivían en ese momento, pero
éste es precisamente el fruto de vivir el Evangelio: que
incita a amar.

9. Independientemente de la Palabra que nos propongamos vivir,
los efectos son siempre los mismos: nos cambia la vida, nos
pone en el corazón el acicate a estar atentos a las necesidades
del otro, hace que nos pongamos al servicio de los hermanos y
las hermanas.

10. No puede ser de otro modo: acoger y vivir la
Palabra hace que nazca en nosotros Jesús y nos
lleva a actuar como Él

11. Es lo que deja entender Pablo cuando
escribe a los corintios.

12. Lo que apremiaba al apóstol a anunciar el Evangelio y a
trabajar por la unidad de sus comunidades era la profunda
experiencia que había hecho con Jesús.

13. Se había sentido amado y salvado por Él; había penetrado
tanto en su vida, que nada ni nadie podría separarlo nunca
de Él; ya no vivía Pablo, porque Jesús vivía en él.

14. Pensar que el Señor
lo había amado hasta
dar la vida lo volvía
loco, no lo dejaba
tranquilo, y lo
incitaba con una
fuerza irresistible a
hacer lo mismo con el
mismo amor.

15. ¿Nos apremia también a nosotros el amor de Cristo con la
misma vehemencia?

16. Si de verdad hemos experimentado su amor, no podemos
no amar a nuestra vez y entrar con valentía donde hay
división, conflicto u odio para llevar concordia, paz y
unidad.

17. El amor nos permite proyectar el corazón por encima del
obstáculo para ponernos en contacto directo con las
personas, comprenderlas, compartir con ellas y buscar
juntos la solución.

18. No se trata de algo opcional. La unidad hay que
perseguirla a toda costa, sin dejarnos frenar por una
falsa prudencia, por dificultades o posibles
enfrentamientos.

19. Vivamos también nosotros la radicalidad del amor con la
sencillez y la seriedad de los niños de ese colegio de
Roma.

20. “Porque el amor de Cristo nos apremia”
(2 Co, 14).
Texto: Padre Fabio Ciardi OMI
Gráfica Anna Lollo Placido D’Omina (Sicilia, Italia)
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Traducción:Revista Ciudad Nueva www.ciudadnueva.org.ar
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