El documento discute los desafíos de la educación obligatoria para todos en la escuela secundaria. Menciona que la diversidad de estudiantes plantea problemas para una educación normalizadora y puede llevar a etiquetar a los estudiantes como fracasados. También sugiere que la segregación en vías paralelas no es la solución, y en cambio propone que la educación secundaria obligatoria debe ser general y válida para todos.