3. Implicaciones de la Parábola
El que siembra la buena semilla es el Hijo
del hombre.
Mateo 13: 37
La semilla es la palabra de Dios.
Lucas 8: 11
El terreno sobre el que cae la semilla es, sin
ninguna objeción, el corazón del hombre.
4. El Terreno junto al Camino:
Mientras iba esparciendo la semilla, una
parte cayó junto al camino, y llegaron los
pájaros y se la comieron.
Cuando alguien oye la palabra del reino,
pero no capta el sentido de ella, el inicuo
viene y arrebata lo que se sembró en su
corazón; este es el que se sembró a lo largo
del camino.
5. El Terreno Pedregoso:
Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha
tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no
era profunda; pero cuando salió el sol, las plantas
se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron.
En cuanto al que se sembró sobre los pedregales,
este es el que oye la palabra y en seguida la acepta
con gozo. Sin embargo, no tiene raíz en sí mismo,
sino que continúa por un tiempo, y después que ha
surgido tribulación o persecución a causa de la
palabra, en seguida se le hace tropezar.
6. El Terreno Espinoso:
Otra parte de la semilla cayó entre espinos
que, al crecer, la ahogaron.
En cuanto al que se sembró entre los
espinos, este es el que oye la palabra, pero
la inquietud de este sistema de cosas y el
poder engañoso de las riquezas ahogan la
palabra, y él se hace infructífero.
7. El Buen Terreno:
Pero las otras semillas cayeron en buen
terreno, en el que se dio una cosecha que
rindió treinta, sesenta y hasta cien veces más
de lo que se había sembrado.
En cuanto al que se sembró sobre la tierra
excelente, este es el que oye la palabra y capta
el sentido de ella, que verdaderamente lleva
fruto y produce, este de a ciento por uno,
aquel de a sesenta, el otro de a treinta.