1. Guerra para desarraigar la semilla
Lectura
La parábola del sembrador se registra en: Mateo 13:1-8, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8. Vamos a tomar como
punto de partida el registro que viene en Lucas, donde leemos:
Lucas 8:4-8
“Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: El
sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y
fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó,
porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron
juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a
ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.”
Semilla: es la palabra de Dios
Tierra: es el lugar donde cae la semilla, de allí depende su crecimiento.
1. Junto al camino
Lucas 8:5
“El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino,
y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.”
La batalla en la mente
La batalla en la mente es una de la más fuertes en el mundo espiritual. Junto al camino significa que es un
lugar muy transitado, y las aves significa los pensamientos que satanás coloca.
o Ideas preconcebidas
“Puedes convertirte en dios”.
“Puedes conocer el futuro”.
“Tu futuro incluida la eternidad, está predestinada. No hay nada que puedas hacer
al respecto”.
“Todos son hijos de Dios”.
“Hay más caminos al cielo además de Jesús”.
“Dios es demasiado bueno para enviar a alguien al infierno”.
“Todo lo que Dios espera de ti es que vivas una buena vida y hagas lo mejor que
puedas”.
“La Biblia no debe ser tomada literalmente”.
“La Biblia contiene muchos errores”.
o Pensamientos de incredulidad
o Escucha la palabra y no la entiende
2. Lucas 8:11-12
“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que
oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.”
Mateo 13:19
“Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue
sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.”
Versículos a considerar
Mateo 13: 15
“.... viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden (en griego: suniemi). De manera que se
cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis [en griego:
suniemi]; Y viendo veréis, y no percibiréis. PORQUE [esta es la razón por la que no entienden
aunque tienen oídos] el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen
pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y
CON EL CORAZÓN ENTIENDAN [griego suniemi], Y se conviertan, Y yo los sane.”
2 de Corintios 4:3-4
“Pero si nuestro evangelio está aún ENCUBIERTO, entre los que se pierden está encubierto; en
los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
También Efesios 4:17-19
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan
en la vanidad de su mente, teniendo el ENTENDIMIENTO ENTENEBRECIDO, ajenos de la vida de
Dios por la ignorancia que en ellos hay, POR LA DUREZA DE SU CORAZÓN; los cuales, después
que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase
de impureza.”
Mientras que con los oídos se escucha la Palabra de Dios, con el corazón (la parte interior de la mente) se
“entiende”. Por eso, no es un simple entendimiento mental de la Palabra de Dios a lo que se refiere la
parábola del sembrador. Más bien es un entendimiento, una aceptación de la Palabra de Dios con el
corazón, la parte interior de la mente. Es por eso que el resultado de la semilla no depende de la semilla en
sí, la Palabra, sino del terreno, el corazón de aquellos que escuchan la Palabra de Dios. La misma semilla al
caer en diferentes terrenos, esto es, en corazones de diferente calidad, dan resultados distintos. Cuando el
corazón se ha engrosado la semilla de la Palabra de Dios será como si cayera junto al camino. No va a
brotar ni mucho menos
Hay gente que tiene el entendimiento “encubierto” y no pueden “entender”, no porque la Palabra sea algo
difícil de entender, sino porque sus corazones están engrosados, duros, no permiten que la semilla de la
Palabra crezca. En cuanto a la palabra griega traducida como “dureza” en el pasaje anterior de Efesios, es
la palabra “porosis” que significa “dureza, insensibilidad”. Es la misma palabra que se usa en Marcos 3:5
que describe el corazón de un grupo característico de gente que tanto persiguió a Jesús: los Fariseos.
3. 2. En pedregales
Mateo 13:5-6
“Parte [de la semilla] cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque
no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.”
Los pedregales son terrenos donde la semilla no puede germinar, el enemigo coloca durezas en el corazón,
situaciones emocionales que no permite que se produzca las transformaciones necesarias en las vidas.
La batalla emocional
Este tipo de batalla para arrancar la palabra, tiene que ver mucho con el carácter de la y emoción del
individuo.
Una semilla puede brotar en diferentes tipos de terreno. Sin embargo, no va a sobrevivir y dar fruto en
todos ellos. Uno de los terrenos en el cual la semilla, aunque inicialmente brotará, finalmente no
sobrevivirá es en los pedregales. La razón por la que la semilla no puede sobrevivir ahí es porque las
piedras no permiten que las raíces profundicen y encuentren humedad. Así que se seca.
Escogiendo el registro de Marcos para la explicación de esta parte de la parábola leemos:
Marcos 4:16-17
“Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la
palabra, AL MOMENTO la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta
duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego
tropiezan.”
Como podemos ver, los pedregales están compuestos de gente que escucha la Palabra, la recibe
inmediatamente y de hecho con alegría. Sin embargo, no dura mucho, porque cuando la persecución y la
aflicción viene, esa gente, de nuevo inmediatamente, tropieza. Como es obvio, el problema que finalmente
causa su caída es que son muy débiles en persecución y aflicción. Así que, cuando el enemigo trae cosas
como esas sobre ellos, caen inmediatamente. El tropiezo no es causado porque la aflicción es muy pes ada
como para que la puedan soportar, porque en 2 de Corintios 4:17, 1 de Corintios 10:12-13 y 1 de Pedro
5:10 dicen que la aflicción será fácil y no más de lo que podamos soportar (1 de Corintios 10:12-13). Sino
que es causada porque no están dispuestos a demostrar ni siquiera la más mínima resistencia frente al
diablo [caen inmediatamente, tropiezan]. Como en Santiago 4:7 dice:
Versículos a considerar
Santiago 4:7
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
También en 1 de Pedro 5:8-9 dice:
4. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”
Si no resistimos al diablo, no huirá de nosotros. De lo contrario, devorará a aquellos que no lo resisten. A
esta categoría de alimento potencial para del diablo pertenece este tipo de gente. Cuando el diablo viene
trayendo aflicciones, inmediatamente caen convirtiéndose en fácil alimento para él. Tienen un buen
principio pero desafortunadamente un mal final.
3. Espinos
Marcos 4:7
“Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.”
El tercer tipo de terreno en el que la semilla cae es entre los espinos. La semilla que cayó en este terreno se
ahogó sin dar fruto. Para entender a lo que se refiere esta parte de la parábola, vamos a Marcos 4:18-19
que dice:
Marcos 4:18-19
“Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de
este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra,
y se hace infructuosa.”
Esta tercera categoría de gente es problemática también. El problema con esta categoría es que la Palabra
de Dios es guardada en sus corazones junto con otras cosas como:
“los afanes de este mundo
El engaño de las riquezas
y las codicias de otras cosas”
Estas cosas finalmente actúan como espinas en el crecimiento de la Palabra ahogándola haciéndola
infructuosa. Por otro lado, en cuanto a lo que la gente de esta categoría hace, Jesucristo dijo:
Mateo 6:25-34
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber;
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más
que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de
vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por
qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os
digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del
campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a
vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro
5. Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el
día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”
PRIMERO son las cosas del reino de Dios Y LUEGO todas las demás cosas. Si aplicamos este principio, todas
las demás cosas nos serán añadidas. Si no lo aplicamos, sino que ponemos primero en nuestra lista de
prioridades como afanes y cosas así, entonces esas cosas ahogarán la Palabra de Dios haciéndola
infructuosa.
4. Buena tierra
Mateo 13:8
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por
uno.”
La explicación viene en Mateo 13:23
“Más el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende [en griego suniemi] la
palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”
Esta vez la semilla no cayó junto al camino, o en los pedregales o entre espinos, sino en BUENA TIERRA,
compuesta de gente que escucha la Palabra Y LA ENTIENDE [en griego: suniemi]. Como en Lucas 8:15 lo
explica:
Lucas 8:15
“Más la que cayó en buena tierra, éstos son los que con CORAZÓN BUENO Y RECTO RETIENEN
la palabra oída, y dan fruto con PERSEVERANCIA.”
Como podemos acordarnos, la primera categoría de gente no pudo “entender”, recibir, la Palabra porque
sus corazones estaban endurecidos, insensibles. De lo contrario, la gente de esta única fructífera categoría
ENTIENDE la Palabra poniéndola en su corazón BUENO y RECTO. Esta categoría fructífera tiene todo los
que las otras infructuosas categorías no tienen. En la primera, la gente tenía los corazones endurecidos,
aquí las corazones son BUENOS Y RECTOS. También, en la segunda categoría la gente no tiene duración y
caen a la primer aflicción, en la buena tierra la gente es perseverante (“dan fruto CON PERSEVERANCIA”
como el texto dice) y no se dan por vencidos. Finalmente, aunque en la tercera categoría la Palabra de Dios
se ahogó por los diversos afanes y deseos que estaban en primer lugar, en la buena tierra es RETENIDA en
los corazones de esa gente, sin perder su posición por culpa de cualquier otra cosa. Esta es la categoría
fructífera. La única que lleva fruto. Y como Cristo dijo en Juan 15:
Juan 15:1-2, 4-5, 8, 16
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo
quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Permaneced en mí, y
yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la
vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. No
6. me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y
llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, él os lo dé.”
Dios limpia cada pámpano que lleva fruto para que lleve aún más. Entre más fruto lleve, Dios se glorifica
más.
Conclusión
Entonces para concluir. La Palabra de Dios es hablada a varios tipos de gente. Sin embargo, los
resultados serán diferentes mientras sea distinta la calidad del corazón de los que escuchan Su Palabra.
Unos la van a rechazar, otros a aceptar hasta la primera aflicción, otros la recibirán pero eventualmente no
la tendrán como prioridad y pondrán otras cosas primero (afanes, riquezas, otros deseos), y finalmente,
otros la mantendrán en un corazón bueno y recto llevando fruto. Es por eso que Jesús, al terminar la
interpretación de la parábola dijo: “Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18). Porque no se trata solo de oír la
Palabra sino de CÓMO la oyes, porque puede que muchos escuchen la Palabra, pero solo aquellos que la
escuchan y la retienen en un corazón recto y bueno llevarán fruto. Continuemos todos en esta categoría