Este documento presenta la parábola del sembrador narrada en el Evangelio. Explica que Jesús es el sembrador y que la semilla representa su presencia en nuestro corazón. Para dar buen fruto, debemos escuchar atentamente la Palabra de Dios, ser constantes en nuestra fe a pesar de las dificultades y no dejarnos distraer por las preocupaciones mundanas. La Virgen María es ejemplo de alguien que recibió la Palabra de Dios con humildad y la hizo fructificar.