Este cuento relata la historia de un pastorcillo mentiroso que engañó a los aldeanos gritando falsas alarmas de lobo en dos ocasiones. La tercera vez que gritó por ayuda, el lobo realmente atacó sus ovejas, pero los aldeanos ya no le creyeron debido a sus mentiras anteriores, y el lobo se comió varias de sus ovejas. El pastorcillo aprendió la lección de no mentir.