1. Lima, 14 de agosto del 2011
D ÁlvaroS.*
Mejía
edro Paulet Mostajo
(1874-1945) dirigió la Escuela de Artes y Oficios a partir
de 1904. Allí se formaban los
técnicos que requeriría una
futura industria nacional.
“Irresistiblemente la época
contemporánea evoluciona
hacia el industrialismo”, escribió convencido de que la
potencia política de un país
se medía por su industria.
Consideraba que nuestro
progreso exigía que valorásemos el potencial de nuestro mar –al que debíamos
considerar la cuarta región
natural– y la construcción de
una vía que uniera el Pacífico
y el Atlántico. Sus propuestas
no fueron atendidas y dejó el
cargo de la escuela en 1910.
No abandonó, sin embargo,
sus convicciones.
D
Paulet se entusiasmó tanto con ese
anuncio que escribió que cuando
se inaugurase el primer alto horno,
debíamos celebrarlo como un día de
la independencia.
Homenaje. El buscador más importante de Internet rindió así homenaje al sabio peruano Pedro Paulet.
co, a través de la región más
portentosa e inexplorada de
Suramérica”.
insuperables”. La cercanía de
una siderúrgica barata decidiría también “a millares de
fabricantes europeos, ahora
Infraestructura
forzados a emigrar, a que
La Segunda Guerra Mundial trasladen sus maquinarias a
brindó las condiciones para nuestro país”.
la realización de algunos
de sus proyectos. En 1941, La integración
como director del Depar- El sabio consideraba como
tamento Comercial de la el mejor mercado para los
cancillería, pidió “el desa- productos peruanos y de
rrollo intensivo de las tres otros países del Pacífico a
grandes empresas naciona- la próspera Argentina. Era
les –irrigaciones, carreteras el inicio de la integración
Su interoceánica
e industrialización–”. Para del continente y exigía que
En 1933, como cónsul en Paulet, las dos primeras las se construyesen trenes que
Yokohama, fue testigo del había iniciado el gobierno viajaran diariamente y sin
milagro económico japonés del mariscal Óscar R. Be- transbordos “entre Lima y
y escribió pensando en los navides (1933-1939) y la Buenos Aires, vía Cusco y
beneficios para nuestro país tercera, su sucesor, Manuel La Paz, trayendo cereales
de su ubicación geográfica: Prado Ugarteche, quien en y subsistencias en general
“La situación central del Perú 1939 decidió crear una si- de los países de pampas, y
llevándoles minerales y productos de nuestros países de
cordilleras y selvas”. La Gran
Diagonal Sudamericana nos
Era el inicio de la integración
abriría “mercados tan fructuosos como el marítimo” y el
del continente y exigía que se
terminal del Callao sería “un
construyesen trenes que viajaran
terminal continental, con su
diariamente entre Lima y Buenos
extremo en Buenos Aires”. La
Aires, vía Cusco y La Paz.
vía partiría de Lima –a la que
sobre la costa suramericana
del Pacífico le da la ventaja,
poco explotada hasta la fecha, de poder servir de obligatorio pasaje entre el norte
y el sur del continente. Pero
otra ventaja aun mayor proviene de los afluentes peruanos del Amazonas, que son
relativamente los de más
fácil y rápido acceso desde
esa costa, lo que nos asegura
la posesión del mejor tramo
terrestre en la comunicación
entre el Pacífico y el Atlánti-
• El Dominical • 13
derúrgica nacional. Paulet
se entusiasmó tanto con ese
anuncio que escribió que
cuando se inaugurase el primer alto horno, debíamos
celebrarlo como un día de la
independencia: “Porque con
carbón y hierro, toda clase de
minerales nacionales y energía hidroeléctrica para forjar
aceros especiales, podremos
producir buques y rieles, cañones y maquinarias, municiones y herramientas, en
cantidad, calidad y variedad
otorgaba un rol central en
el tráfico de norte a sur o de
oeste a este en Sudamérica–
y, pasando por Pachacámac,
atravesaría Huancavelica,
Ayacucho y Cusco, desde
donde se bifurcaría hacia
Argentina (por la ruta ya
descrita) y hacia Brasil, por
Madre de Dios, definiendo
el tramo peruano de la carretera Transoceánica.
Hacia 1943, sin embargo, la
implementación de la siderúrgica
nacional anunciada por el presidente
Prado se detuvo por razones
económicas.
Estampilla.
Sello postal
alusivo a
Paulet con
ocasión del
centenario
de su nacimiento, en
1974.
Argentina y los hornos
En 1941, Paulet partió a su
última misión diplomática
como consejero económico
y comercial de la embajada
peruana en Buenos Aires,
Argentina. Su misión era
fundar la Cámara de Comercio Peruano-Argentina, y con
ello sus planes de comenzar
la integración del continente parecían realizarse. Hacia
1943, sin embargo, la implementación de la siderúrgica
nacional anunciada por el
presidente Prado se detuvo
por razones económicas. La
vida no le alcanzó a Paulet
para ver el inicio del funcionamiento de la siderúrgi-
ca. Murió en 1945, a los 71
años, poco antes del fin de la
Segunda Guerra Mundial.
Pasarían trece años desde su
muerte para que por fin en
1958 se conectase el primer
horno de la siderúrgica, durante el segundo mandato
del presidente Manuel Prado. En 1950, el ministro de
Asuntos Exteriores francés
Robert Schuman propuso
un proyecto de integración
europea que daría lugar a
Por una industria aeronáutica
En su libro “La otra mitad del mundo” (1959) –producto de una visita a
la Unión Soviética–, el filósofo peruano Francisco Miró Quesada Cantuarias manifestó su admiración por la Revolución Industrial, que había
puesto a esa nación por encima de Estados Unidos y que había llegado
a su cúspide con el lanzamiento al espacio del Sputnik.
Años antes, en 1944, Paulet, en entrevista al diario bonaerense “Crítica”, difundía su proyecto de nave espacial, el Avión Torpedo, al servicio
de una industria sudamericana.
En palabras de Miró Quesada, hubiese forjado “una industria de retropropulsión” sudamericana.
la Comunidad Europea del
Carbón y del Acero, y que
sería el germen de la actual
Unión Europea. Años antes,
como hemos visto, Paulet
vislumbró y propuso algo
similar para nuestra región.
(*)Ganador del Concurso
de Documentales Conacine
2011 con “En busca de Ordway”, basado en la vida y
obra de Pedro Paulet.