La idea de peer-to-peer se originó en la década de 1960 con ARPANET, donde todos los hosts eran iguales y podían solicitar y servir contenido. Aunque ARPANET fue exitosa, carecía de la capacidad de enrutamiento más allá del enrutamiento dirigido simple. Actualmente, las redes peer-to-peer permiten el intercambio de archivos, cálculos distribuidos, monedas virtuales y más, aprovechando la escalabilidad y robustez de la descentralización.