Las pequeñas empresas son un componente importante de la economía en la mayoría de los países. Suelen caracterizarse por un ritmo de crecimiento más rápido, una mayor división del trabajo y la capacidad de abarcar mercados locales y regionales. Presentan ventajas como ser más innovadoras y poder establecer alianzas, pero también desventajas como la necesidad de los emprendedores de dejar sus empleos y su mayor riesgo de cierre.