El documento destaca la necesidad de incorporar la perspectiva de género en la gestión del riesgo de desastres, reconociendo que las mujeres son un grupo vulnerable y crucial en este contexto. Se enfatiza la importancia del empoderamiento, la participación inclusiva y la toma de decisiones basada en datos desglosados por sexo para abordar adecuadamente riesgos y desigualdades. Además, propone medidas integradas, desde la comprensión del riesgo hasta la preparación y recuperación, para garantizar un enfoque holístico y resiliente ante desastres.