Los piratas informáticos operan como empresas utilizando métodos de ventas, marketing y administración de riesgos similares a las empresas legítimas para cometer delitos cibernéticos de manera organizada. Aunque los métodos son diferentes, no hay distinción entre estos delitos cibernéticos y delitos comunes, excepto en los métodos utilizados. El aumento del uso de la tecnología expone a más personas a estas amenazas, lo que representa uno de los mayores desafíos para el derecho en proteger a los individuos.