SlideShare una empresa de Scribd logo
Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 25
ISSN: 1132-9157 – Pags. 25-32
	
Fundamentos
	
Conceptuales
	
y Didácticos
Planeta vivo: El origen y la evolución temprana de la
vida en la Tierra
Living planet: the origin and early evolution of life on
Earth
Carlos Briones Llorente
Laboratorio de Evolución Molecular. Centro de Astrobiología (CSIC-INTA, asociado al NASA Astrobiology Institute).
Torrejón de Ardoz, Madrid
	 Resumen	 Nuestro planeta es, por lo que sabemos hasta la fecha, el único lugar del cosmos donde
existen seres vivos. El estudio del origen y la evolución temprana de la vida en la Tierra
es un campo de investigación interdisciplinar muy activo, que está logrando responder
a algunas de las muchas incógnitas planteadas desde hace un siglo y medio, cuando
Charles R. Darwin sugirió que toda la biodiversidad observada podría ser el resultado
de la evolución a través del tiempo a partir de una única forma de vida. Los primeros
resultados de la química prebiótica iniciaron en 1953 el estudio sobre el origen de la
vida como una disciplina experimental. Actualmente estudiamos en los laboratorios
distintas etapas evolutivas desde las primeras biomoléculas hasta esa especie ancestral,
que denominamos LUCA, de la que derivamos todas las demás. Diversas evidencias
experimentales apoyan la hipótesis del “Mundo RNA”, según la cual esa molécula fue
anterior al DNA y a las proteínas y podría postularse como el punto de partida de la
evolución darwiniana. En cualquier caso, muchas son las preguntas que aún debemos
responder en la investigación sobre la emergencia de la vida en la Tierra... y quizá fuera de
ella.
	
Palabras clave: 	Química prebiótica, superficies minerales, Mundo RNA, metabolismo, evolución, virus,
células, astrobiología
	 Abstract	 Our planet is, as far as we know, the only place in the universe where living beings exist.
The study of the origin and early evolution of life on Earth is a very active, interdisciplinary
research field. We are currently addressing some of the questions raised since, a century
and a half ago, Charles R. Darwin suggested that the biodiversity observed could be
the outcome of evolution from a single form of life. The first achievements of prebiotic
chemistry initiated in 1953 the study of the origin of life as an experimental discipline.
Nowadays, many laboratories investigate different evolutionary stages from the first
biomolecules to LUCA, the common ancestor of all current species. Several experimental
evidences support the “RNA World” hypothesis, which proposes that this molecule
originated before DNA and proteins and that RNA could therefore represent the starting
point of Darwinian evolution. In any case, there are still many open questions to be
addressed in the study of the emergence of life on Earth and perhaps beyond.
	 Keywords:	 Prebiotic chemistry, mineral surfaces, RNA World, metabolism, evolution, virus, cell,
astrobiology
Introducción
La Astrobiología es una ciencia joven en la que
convergen distintos campos de la física, la química, la
geología, la biología y la ingeniería. A través de esta
aproximación interdisciplinar se trata de responder a
distintas cuestiones relacionadas con el origen, evo-
lución y presencia de la vida en el Universo. El origen
de la vida es en sí mismo un tema de investigación
apasionante, que encierra preguntas complejas como
cuándo ocurrió la transición de la materia inanimada
a la viva, cómo se produjo ese salto cualitativo, si
tuvo lugar en la Tierra o fuera de ella, y si el paso de
la química a la biología puede haber sido un hecho
frecuente en diferentes lugares del universo.  
El mundo molecular anterior a las células no
deja fósiles que puedan ser analizados para re-
26 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1)
construir el origen de la vida. Así, lo que hoy sa-
bemos sobre aquella época de hace más de 3.500
millones de años es el resultado de las pruebas in-
directas derivadas de dos aproximaciones comple-
mentarias. La primera línea de investigación es la
denominada bottom-up o “de abajo hacia arriba”,
y consiste en intentar llegar a la biología a partir
de una química progresivamente más compleja.
Para ello se sigue el camino iniciado por el famoso
experimento de química prebiótica de Stanley L.
Miller, con el que demostró que los aminoácidos
que constituyen las proteínas podían obtenerse
abióticamente a partir de los gases potencialmente
presentes en la atmósfera terrestre primitiva (Mi-
ller, 1953).
La segunda vía es la conocida como top-down
o “de arriba hacia abajo”, y se basa en la compara-
ción de los genomas y metabolismos de los orga-
nismos actuales en busca de características comu-
nes que pudieron existir en una especie celular de
la que hemos derivado todas las demás, denomina-
da “progenote” o LUCA –del inglés Last Universal
Common Ancestor–. Podemos considerar que esta
segunda aproximación fue iniciada por Charles R.
Darwin hace un siglo y medio. En efecto, a pesar
de que en esa época se desconocía la naturaleza
del material genético y los mecanismos molecula-
res que operan en los seres vivos, tanto en el pá-
rrafo final de “El origen de las especies” (Darwin,
1859) como en la correspondencia que mantuvo
con otros científicos de su época, Darwin ya sugi-
rió que la biodiversidad que observaba podría ser
el resultado de la evolución a través del tiempo a
partir de una única forma de vida.
Para investigar sobre el origen resulta nece-
sario, en primer lugar, definir de una forma ope-
rativa lo que entendemos por vida. A pesar de
que todas las definiciones de vida resultan incom-
pletas y cuestionables, una de las más utilizadas
en investigación es la que ha propuesto el NASA
Astrobiology Institute: “Un ser vivo es un sistema
químico automantenido, que evoluciona como re-
sultado de su interacción con el medio”. Esta defi-
nición incluye las características principales de la
vida y engloba a todos los seres vivos celulares.
No obstante esta definición –y oras muchas– deja
a entidades replicativas acelulares muy relevan-
tes en biología, como los virus y los viroides, en el
límite entre lo vivo y lo no vivo. Una frontera, pre-
cisamente, muy interesante para investigar sobre
el origen de la vida. Por otra parte, una cuestión
adicional que debemos introducir es que en los
seres vivos se distingue entre el fenotipo –las ca-
racterísticas visibles o cuantificables de los orga-
nismos, como su forma o el tipo de metabolismo
que poseen– y el genotipo –la información gené-
tica que es responsable del fenotipo observado–.
Los materiales de partida: la química
prebiótica y los mundos minerales
Desde la formación de la Tierra, hace aproxi-
madamente 4.550 millones de años (Ma), hasta
que hace entre 4.200 y 3.900 Ma aparecieron las
primeras rocas sedimentarias, la actividad geoló-
gica de nuestro planeta, junto con el intenso bom-
bardeo meteorítico al que estaba sometido, produ-
cía temperaturas y presiones incompatibles con la
existencia de agua líquida. Por tanto, se considera
que la vida difícilmente pudo originarse en la Tierra
durante el eón Hadeano, hace más de 3.900 Ma. Un
dato relevante es que el desbalance isotópico del
carbono presente en rocas sedimentarias de 3.800
Ma encontradas en Isua, Groenlandia, podría indicar
un sistema “biológico” de fijación de CO2 (Mojzsis
y col., 1996). Si esto fuera así, algún tipo de vida
fotosintética se habría desarrollado en tan solo 100
Ma, un intervalo que varios autores consideran de-
masiado corto. En cualquier caso, se sabe que hace
3.500 Ma la vida ya existía, y además había dado
lugar a una gran variedad de morfologías celulares
y relaciones ecológicas. Esto lo podemos afirmar
porque se han detectado y caracterizado microfósi-
les con esa antigüedad en los sílex de Apex –grupo
Warrawoona, Australia Occidental– cuya morfología
es compatible con la de las cianobacterias filamen-
tosas actuales (Schopf y Packer, 1987). También en
Warrawoona, y en rocas de la misma época, se han
encontrado estromatolitos fósiles similares a las
comunidades de especies unicelulares que forman
actualmente los tapetes microbianos.
Con ello, la pregunta que surge es: ¿cómo se
pudo pasar, en relativamente poco tiempo, de un
planeta convulso e inhóspito a una vida plenamente
establecida? Siguiendo la escuela de pensamiento
iniciada por Darwin, Alexandr I. Oparin y John B. S.
Haldane publicaron en los años 20 del siglo pasado
sendas obras que trataron científicamente al pro-
blema del origen de la vida (Oparin, 1924; Haldane,
1929). Tres décadas después se produjo el siguiente
hito fundamental: la primera aproximación experi-
mental al origen de la vida. El experimento que inau-
guraría el campo de la química prebiótica fue reali-
zado por Stanley L. Miller en el laboratorio de Harold
Urey, y permitió demostrar que varios monómeros
biológicos –incluidos los aminoácidos que constitu-
yen las proteínas– podían obtenerse a partir de los
gases provenientes del vulcanismo que formaban la
atmósfera terrestre primitiva (Miller, 1953). Así, gra-
cias al aporte de energía suministrado por descar-
gas eléctricas, CH4, NH3, H2O y H2 reaccionaban para
formar, en ausencia de cualquier actividad biológi-
ca, una mezcla de los monómeros esenciales para la
vida que comenzó a denominarse “sopa prebiótica”.
El éxito y popularidad de las diferentes variantes de
este experimento fue enorme, sobre todo cuando se
comprobó que el meteorito Murchison –una condri-
Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 27
ta carbonácea caída en Victoria, Australia, en 1969–
contenía entre su materia orgánica los aminoácidos
que Miller había sintetizado en el laboratorio. No
obstante, se ha demostrado que si la atmósfera pri-
mitiva no era tan reductora, y en concreto contenía
CO o CO2, la eficiencia de la síntesis de aminoácidos
en “experimentos tipo Miller” disminuye notable-
mente. Por tanto, hoy en día el papel de este pro-
ceso en el origen de la vida se cuestiona en función
de las discrepancias existentes en los modelos de
atmósfera primitiva.
En la década siguiente, otro experimento re-
levante de química prebiótica permitió al español
Joan Oró sintetizar abióticamente la adenina, una
de las cuatro bases nitrogenadas que forman los nu-
cleótidos –monómeros de los dos ácidos nucleicos
naturales, DNA y RNA–. Desde entonces, diferentes
líneas de investigación han llevado a obtener gran
cantidad de moléculas pequeñas y bio-monómeros
a partir de precursores químicos sencillos. En mu-
chos de estos experimentos ha sido imprescindible
contar con catalizadores inorgánicos en el proceso,
desde iones metálicos en disolución hasta las su-
perficies de distintos minerales o rocas. Con ello
se ha puesto de manifiesto a necesidad de realizar
abordajes experimentales en la intersección entre
la geología, la química inorgánica y la bioquímica.
En una de estas líneas de trabajo se ha demostrado
que filosilicatos como la montmorillonita permiten
catalizar la formación de cadenas de RNA de hasta
50 nucleótidos de longitud a partir de precursores
monoméricos activados (Huang y Ferris, 2006).
La relevancia de la montmorillonita –y en menor
medida de la mica y la pirita– para la aparición de
las macromoléculas biológicas enlaza los trabajos
actuales con la hipótesis de Graham Cairns-Smith en
los años 60 sobre un Mundo de arcilla. En él, un cier-
to tipo de “herencia” primitiva anterior al material
genético podría haber estado basada en la transmi-
sión, durante su crecimiento, de las irregularidades
presentes en cristales de silicatos (Cairns-Smith,
1965). En este contexto, también resultan relevan-
tes los trabajos de Gunter Wächtershäuser sobre el
Mundo de hierro y azufre, en el cual las superficies
de pirita y otros sulfuros metálicos pudieron cata-
lizar la polimerización de péptidos a partir de ami-
noácidos, y además haber albergado alguna forma
de metabolismo primitivo (Wächtershäuser, 1988).
El origen de la vida: Mundo RNA y Mun-
dos pre-RNA
A pesar de los éxitos experimentales obtenidos
en el ámbito de la química prebiótica, desde la sínte-
sis de los primeros monómeros o bio-polímeros cor-
tos hasta el origen del primer sistema que pudiera
ser definido como un “ser vivo” hubo de recorrerse
un largo camino. Durante las últimas décadas se
ha trabajado intensamente para intentar entender
cómo pudo ser la evolución que llevó de las prime-
ras moléculas biológicas a LUCA, es decir, desde
las raíces del árbol de la vida hasta ese punto de su
tronco en que se separaron las ramas que han ori-
ginado toda la biodiversidad actual. A lo largo del
tronco común de la vida debieron producirse varios
procesos, cada uno de los cuales constituye un im-
portante reto científico: el final de la síntesis de mo-
nómeros biológicos, la elección de la quiralidad, el
origen de las membranas biológicas, la aparición de
la primera población de moléculas capaces de auto-
replicarse, el establecimiento del código genético, la
construcción de redes metabólicas, o la progresiva
formación de un genoma suficientemente complejo
como para permitir la evolución de una “célula mí-
nima” viable.
En este campo existe una paradoja central que
resulta difícil de resolver. En todas las células ac-
tuales, la información genética está almacenada
en el DNA, el flujo de información genética se pro-
duce en sentido DNA→RNA→Proteína, y la mayor
parte del metabolismo y funciones celulares la
realizan las proteínas. Las proteínas están codifi-
cadas por el DNA, y a su vez la replicación del DNA
no puede llevarse a cabo sin proteínas con activi-
dad “DNA polimerasa” (Figura 1). Entonces, ¿qué
apareció primero, el DNA o las proteínas? Esta era
una pregunta sin respuesta hasta el comienzo de
la década de 1980. Desde entonces, diferentes
evidencias experimentales apuntan a que la pri-
mera macromolécula biológica no fue ninguna de
esas dos, sino la que en la biología actual actúa
como intermediaria en la expresión del mensaje
genético: el RNA. La hipótesis del “Mundo RNA”
(Gilbert, 1986) mantiene que antes de la aparición
de las proteínas y el DNA, el RNA podría haber
desempeñando tanto funciones catalíticas –como
hacen en las células determinadas enzimas de
Fig. 1. Representación
esquemática del flujo
de información genética
en los seres vivos. Los
procesos que tienen
lugar en las células se
muestran con flechas
continuas, mientras que
los realizados sólo por
ciertos virus se indican
con trazo discontinuo. La
replicación del DNA y del
RNA, la transcripción y
la retrotranscripción son
catalizadas por proteínas
con la correspondiente
actividad enzimática,
mientras que la
traducción se realiza por
complejos agregados
de RNA y proteínas
denominados ribosomas.
28 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1)
RNA llamadas “ribozimas”– como de archivo de
información genética –tal como ocurre en muchos
virus actuales incluido el de la gripe o el del sida–.
Esto es posible porque el RNA es la única de las
tres macromoléculas con suficiente versatilidad
como para funcionar simultáneamente como ge-
notipo y fenotipo, las dos caras de la moneda de
la vida. De esta forma, el RNA habría sido anterior
a las proteínas y al DNA (Figura 2), algo que resul-
ta plausible cuando se examinan con detalle las
características moleculares de los seres vivos ac-
tuales. No obstante ha de destacarse que, por el
momento, no se ha logrado encontrar o sintetizar
ninguna molécula de RNA capaz de replicarse a sí
misma, y que por tanto pudiera postularse como
sustrato –su secuencia– y agente –su actividad
RNA polimerasa– de la evolución darwiniana.
Si el Mundo RNA fue realmente el protagonis-
ta de la evolución precelular, estaría caracterizado
porque las ribozimas RNA polimerasas originaban
copias de un RNA molde en las que aparecían mu-
chos errores o mutaciones, debido a la ausencia
de actividades correctoras de pruebas en tales re-
plicasas primitivas. La investigación con virus ac-
tuales cuyo genoma es de RNA nos está ayudando
mucho a comprender cómo pudo ser la dinámica
de esos primeros replicones capaces de evolu-
cionar como respuesta a las presiones selectivas
presentes en fases iniciales de la vida. Además, en
los laboratorios de biología molecular se realizan
experimentos de evolución in vitro con los cuales
es posible simular el comportamiento de poblacio-
nes de moléculas de RNA y realizar en un período
de pocas semanas procesos análogos a los que se
produjeron en nuestro planeta a lo largo de millo-
nes de años (Joyce, 2002). Mediante evolución in
vitro se ha logrado obtener moléculas artificiales
de RNA con actividad RNA polimerasa aunque,
como se señalaba en el párrafo anterior, todavía
ninguna “RNA auto-replicasa” capaz de copiar por
completo otra molécula molde con la misma se-
cuencia que la del catalizador.
Además de este hecho, el modelo del Mundo
RNA tiene otros problemas que resolver para poder
proponerse como el punto de partida de la evolu-
ción biológica. Algunas de esas limitaciones del RNA
como primer bio-polímero informativo están relacio-
nados con su baja estabilidad en disolución, y con
su rápida degradación a temperaturas elevadas. La
trascendencia del primer punto disminuye si consi-
deramos que un mundo RNA anterior a la aparición
de las proteínas no podía estar amenazado por las
enzimas degradadoras de RNA o “RNasas” que
abundan en la actualidad. Sin embargo la labilidad
del RNA a temperaturas elevadas sería un incon-
veniente si los primeros seres vivos aparecieron a
temperaturas superiores a los 60°C, como mantie-
nen los partidarios del “origen caliente” de la vida
(Stetter y col., 2006).
Por otra parte, la baja eficiencia en la síntesis
abiótica de la ribosa –el azúcar que junto con un
grupo fosfato y una base nitrogenada constituye
cada ribonucleótido del RNA (Figura 3)– parecía
otra limitación insalvable, hasta que recientemente
Fig. 2. Principales
procesos que tuvieron
lugar antes de la
aparición de LUCA, según
la hipótesis del “Mundo
RNA”. Se muestran
las distintas etapas
evolutivas a lo largo del
tronco común del árbol
de la vida, así como los
puntos en los que se
podría situar el origen
de los primeros virus
con genoma de RNA y
de DNA.
Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 29
se ha descrito un sistema alternativo para obtener
los monómeros del RNA a partir de un único precur-
sor sencillo (Powner y col., 2009). Otro problema
tiene que ver con el hecho de que mediante poli-
merización abiótica sobre arcillas, o en sistemas
que contienen lípidos, se han obtenido oligómeros
de RNA de hasta 40-50 nucleótidos, mientras que
las ribozimas más sencillas con capacidad RNA po-
limerasa seleccionadas mediante evolución in vitro
son relativamente complejas y tienen 180 nt de
longitud. Como un posible mecanismo que medie
en ese “salto evolutivo” necesario para el origen
del Mundo RNA se ha desarrollado un modelo de
evolución modular basado en la unión o ligación
inicial de moléculas cortas y de secuencia aleatoria
de RNA. Mediante este mecanismo se permitiría la
progresiva adición de módulos funcionales de RNA
a una molécula progresivamente más larga y com-
pleja que llegaría a adquirir actividad RNA polime-
rasa (Briones y col., 2009).
En paralelo, ante las aparentes limitaciones del
RNA como primera macromolécula capaz de portar
información heredable, y dado que el DNA proba-
blemente surgió con posterioridad a él, durante las
últimas décadas una línea de investigación impor-
tante en química orgánica y bioquímica ha sido la
síntesis de análogos de los ácidos nucleicos natu-
rales. Entre estos polímeros, resultarán relevantes
para el origen de la vida los que sean más estables
que el DNA y el RNA, y que además estén formados
por monómeros más fácilmente sintetizables que
los nucleótidos en condiciones prebióticas. En al-
gunos de ellos el esqueleto azúcar-fosfato del RNA
y del DNA se ha sustituido por polímeros de glicerol
o de ciertos azúcares más pequeños que las pen-
tosas. Otro análogo muy investigado desde que
se sintetizó a principios de la década de 1990 es
el denominado ácido nucleico peptídico o “PNA”,
que posee un esqueleto longitudinal parecido al de
las proteínas del cual sobresalen las bases nitro-
genadas en la conformación adecuada para inte-
raccionar específicamente con los ácidos nucleicos
naturales (Figura 3).
Por tanto, tal vez algún polímero informativo
similar al PNA u otros análogos protagonizó un
“Mundo pre-RNA” capaz de resistir las rigurosas
presiones selectivas de hace unos 3.800 Ma, y
posteriormente transferir al RNA la información
seleccionada hasta entonces (Joyce, 2002; Delaye
y Lazcano, 2005). Al igual que en otras etapas del
camino hacia la vida, en el ámbito de los análogos
de ácidos nucleicos es tentador pensar en distin-
tos orígenes más o menos simultáneos de otras
tantas moléculas con información heredable. No
obstante, ha de recordarse que ninguno de estos
posibles polímeros pre-RNA prevalece en la biolo-
gía actual, por lo que se asume que su declive ya
se había producido mucho antes de la aparición
de LUCA.   
Los compartimentos y el metabolismo
Como ya demostró C.R. Darwin, la vida conlleva
evolución. El genetista Theodosius Dobzhansky sin-
tetizó este hecho en el enunciado que da título a uno
de sus trabajos: “Nada en biología tiene sentido si
no es a la luz de la evolución” (Dobzhansky, 1973).
Tal evidencia sólo la cuestionan hoy en día los parti-
darios del creacionismo o “diseño inteligente”, con
prejuicios basados en sus propias creencias y no
en argumento científico alguno. Así, el origen de la
vida debió suponer también el punto de partida de
la evolución. Y, tal como hemos indicado, quizá el
RNA fue la primera molécula capaz de evolucionar.
Pero, para intentar entender el origen de la vida y
de la evolución, necesitamos dos ingredientes adi-
cionales, tan necesarios como la replicación de una
molécula informativa: la existencia de un comparti-
mento capaz de diferenciar el individuo de su entor-
no, y la disponibilidad de un metabolismo gracias al
cual el “ser vivo” intercambiaría materia y energía
con el medio.
La vida actual está siempre compartimentada, y
es sabido que la célula constituye la unidad estruc-
tural y funcional de los organismos. Así, asumimos
que ya en las primeras etapas de la vida algún tipo
de compartimento debió permitir la individualiza-
ción de la entidad capaz de evolucionar frente al
medio en el que lo hacía. Esto permitiría un com-
portamiento termodinámico muy diferente dentro
del ser vivo –en el cual la materia se ordenaba y la
Fig. 3: Representación
esquemática del RNA
y el PNA, mostrando
su capacidad
para interaccionar
específicamente a través
de puentes de hidrógeno
entre sus bases
nitrogenadas. Se señala
un monómero de cada
uno de los polímeros:
un ribonucleótido del
RNA –que se une a
sus vecinos mediante
enlaces éster-fosfato– y
una unidad de N-(2-
aminoetil)glicina del PNA
–que se enlaza mediante
enlaces peptídicos a los
monómeros contiguos–.
30 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1)
entropía descendía– y en su entorno. Además, la
existencia de un compartimento evitaba la dilución
de las biomoléculas de esa proto-célula en el medio,
con lo que se mejoraban los parámetros cinéticos y
se garantizaba el mantenimiento de la red de inte-
racciones químicas necesarias para la supervivencia
del sistema replicativo.
La compartimentación de los sistemas químicos
progresivamente más complejos pudo lograrse gra-
cias a la existencia de microambientes en la superfi-
cie o el interior de determinados minerales o rocas.
En este sentido, resulta sugerente la propuesta de
un sistema de compartimentos minerales formados
por sulfuros de hierro y asociados a las surgencias
hidrotermales submarinas, que podrían haber alber-
gado las reacciones metabólicas necesarias para las
primeras etapas de la evolución precelular (Martin y
Rusell, 2003).
Alternativamente, los primeros compartimentos
pudieron estar formados por sustancias anfifílicas,
que en un medio acuoso originarían espontánea-
mente vesículas capaces de encerrar al sistema
evolutivo tal como ocurre en la biosfera actual con
los lípidos que forman las membranas biológicas.
Moléculas más simples que los lípidos de nuestras
membranas, como por ejemplo ciertos ácidos gra-
sos de cadena corta, se han propuesto como candi-
datos plausibles para formar las primeras bicapas y
vesículas (Segré y col., 2001). La existencia de una
membrana –en la cual podrían insertarse algunas
moléculas capaces de aumentar su permeabilidad,
como péptidos cortos de secuencia aleatoria– per-
mitiría el intercambio de sustancias entre el ser vivo
y su entorno, y con ello la aparición de los primeros
gradientes moleculares utilizables para la produc-
ción de energía química.
Un sistema semipermeable de separación entre
el ser vivo y su entorno lleva consigo, por tanto, la
posibilidad de acoplar los flujos de materia con sis-
temas de obtención de energía (Mitchell, 1961). Se
permitiría así el establecimiento de un proto-metabo-
lismo capaz de garantizar la viabilidad y autonomía
del sistema evolutivo. De hecho, la propia replicación
de una molécula informativa como el RNA requiere
de algún tipo de metabolismo basal que garantice el
aporte constante hacia el interior del compartimento
de los ribonucleótidos necesarios para que actuara
la hipotética ribozima RNA-polimerasa de la que ha-
blábamos en el apartado anterior. La aparición de las
primeras rutas metabólicas en las que se asociaran
funcionalmente distintas reacciones químicas iría ha-
ciendo progresivamente más compleja y robusta la
red de interacciones necesarias para extraer energía
de los distintos tipos de moléculas presentes en el
medio, y también para garantizar la disponibilidad de
monómeros requeridos en el mantenimiento del flujo
de la información genética (Shapiro, 2007).
Durante décadas, una profunda controversia ha
mantenido separadas dos escuelas científicas en el
ámbito del origen de la vida: los partidarios de la
“replicación temprana”, con el modelo del Mundo
RNA como bandera, y los que postulaban un “me-
tabolismo primordial” anterior a la evolución de
moléculas con información heredable. Afortunada-
mente, en los últimos años se está produciendo la
esperada síntesis entre ambas aproximaciones, y
actualmente se investiga con vesículas que contie-
nen moléculas de RNA y poseen potencialidad para
ser metabólicamente viables (Ricardo y Szostak,
2009).
LUCA y la evolución de los primeros or-
ganismos
Si pudiéramos trazar la genealogía de todas las
especies que constituyen la biodiversidad actual
comprobaríamos que la totalidad de los seres vivos
compartimos el primero de nuestros ancestros: LUCA.
Aunque nunca podremos conocer a LUCA en detalle,
sí sabemos que esa especie era un microorganismo
con membrana lipídica y sin núcleo definido. En ella
ya se había establecido el sentido del flujo de infor-
mación genética como DNA→RNA→Proteína, y su
metabolismo central era el mismo que compartimos
todos los organismos actuales.
La existencia de nuestro antepasado común se
demostró gracias a la comparación de la secuencia
de nucleótidos de determinados genes –fundamen-
talmente, el que codifica el RNA de la subunidad
menor de los ribosomas– en todas las especies co-
nocidas (Woese y col., 1990; Pace, 1997). Esta meto-
dología, que fue posible hace sólo tres décadas gra-
cias a los avances producidos en la secuenciación
automática de ácidos nucleicos, permitió determi-
nar sin ningún género de dudas que todos los orga-
nismos compartimos ese ancestro común sugerido
por Darwin, a partir del cual hemos evolucionado en
tres grandes ramas diferentes correspondientes a
los grandes dominios filogenéticos actuales: Bacte-
ria, Archaea y Eukarya (Figura 4).
Bacterias y arqueas son seres vivos unicelulares
que carecen de núcleo definido y poseen organiza-
ción de tipo “procariótico”. El dominio Eukarya eng-
loba a todos los eucariotas: organismos unicelula-
res o pluricelulares cuya información genética está
almacenada en un núcleo celular diferenciado, y que
en general poseen un complejo sistema de membra-
nas y orgánulos especializados. Hoy en día se asu-
me que el núcleo eucariótico se originó por interna-
lización de una arquea dentro de una bacteria. Por
su parte, el origen de las mitocondrias –orgánulos
fundamentales para el metabolismo presentes en
prácticamente todos los eucariotas– y los cloroplas-
tos –orgánulos fotosintéticos de plantas y algas– se
debió a eventos posteriores de “endosimbiosis” de
distintos tipos de bacterias en el citoplasma euca-
riótico (Margulis y Chapman, 1998).
Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 31
La división en tres dominios, basada en el ge-
notipo de los organismos, puede superponerse a la
clasificación tradicional basada en el fenotipo, que
distingue cinco reinos. Así, los dominios Bacteria
y Archaea corresponden a grupos muy diferentes
genéticamente dentro del reino Monera –los toda-
vía conocidos como “procariotas”– mientras que el
dominio Eukarya engloba a los reinos Protoctista –
eucariotas unicelulares–, Fungi, Plantae y Animalia.
Hongos, plantas y animales constituyen la llamada
“corona terminal” de los eucariotas, y los árboles
filogenéticos muestran que todas las especies de
estos tres reinos nos encontramos genéticamente
muy próximas, en el contexto del árbol de la vida
global (Figura 4). Evidentemente, situarnos en la co-
rona terminal no implica que Homo sapiens u otra
especie de animales, plantas u hongos esté “más
evolucionada” que las demás, dado que cualquier
eucariota, bacteria o arquea, es el resultado de una
historia evolutiva que comenzó hace algo más de
3.500 Ma.
En busca de vida fuera de la Tierra
Como se ha mostrado en los apartados anterio-
res, distintas líneas de investigación interdiscipli-
nar nos están permitiendo avanzar hacia el origen
de la vida, y también hacia la comprensión de los
mecanismos evolutivos implicados en la adapta-
ción de los seres vivos a las condiciones presentes
en diferentes entornos de nuestro planeta. En este
sentido ha resultado fundamental el descubrimiento
y caracterización de microorganismos extremófilos,
que viven en condiciones físico-químicas muy ale-
jadas de las que tradicionalmente se consideraban
“normales”. Hoy en día sabemos que casi indepen-
dientemente de su temperatura, presión, salinidad,
grado de acidez o dosis de radiación, en cualquier
lugar de la Tierra en el que exista un mínimo de
agua líquida y una fuente de energía utilizable –luz  
visible, compuestos orgánicos reducidos, o ciertos
minerales oxidables como la pirita– los seres vivos
pueden desarrollarse. Este hecho resulta decisivo
para estudiar la capacidad de adaptación de la vida,
y también para plantear la búsqueda de seres vivos
fuera de nuestro planeta. Así, la Astrobiología tiene
como uno de sus objetivos la búsqueda de vida en
lugares con condiciones realmente extremas: los
planetas Marte y Venus –con los que compartimos
la teórica “banda de habitabilidad” del Sistema So-
lar–, los satélites Europa y Titán... e incluso algunos
planetas fuera de nuestro Sistema Solar en los que
se está detectando la presencia de agua.
Por tanto, gracias al creciente conocimiento sobre
el origen, evolución y diversidad de la vida terrestre,
en los laboratorios podemos diseñar instrumentos
biosensores embarcables en misiones espaciales
para buscar biomarcadores –señales de vida presen-
te o pasada– en otros cuerpos del Sistema Solar. Si la
vida existe en entornos extraterrestres actualmente,
o si dejó huellas moleculares reconocibles a pesar
de haberse extinguido en el pasado, los biosensores
podrían ser capaces de detectarla e incluso analizar
hasta qué punto se parece a la que conocemos en la
Tierra. El hipotético descubrimiento fuera de nuestro
planeta de un segundo ejemplo de “vida” nos permi-
tiría avanzar hacia una de las cuestiones más tras-
Fig. 4. Dos ejemplos
del árbol filogenético
universal de los
organismos celulares.
A: Árbol sin raíz
obtenido por
comparación de
secuencias del RNA
ribosomal de la
subunidad menor, en
el que se muestra la
división de los seres
vivos en tres dominios
que radian desde LUCA
(basado en Pace, 1997).
B: Una de las tres
posibles topologías del
árbol filogenético con
raíz, que sugiere que
la evolución a partir de
LUCA habría dado lugar a
las Bacterias por un lado,
y por otro a un ancestro
común de Eucariotas y
Arqueas del que ambos
dominios divergirían
posteriormente. En este
esquema se muestra
con trazo más grueso
las ramas que llevan
a los organismos
hipertermófilos, lo que
para sus autores es
indicativo de un “origen
caliente” de la vida
(basado en Stetter y col.,
2006).
32 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1)
cendentales que están implícitas en el estudio del
origen: ¿la emergencia de la vida puede ser un hecho
frecuente en los lugares cuyas condiciones físico-
químicas lo permiten? O, expresado de otra forma:
¿habitamos en uno de los muchos “planetas vivos”
que existen en el Universo?
Bibliografía
Briones, C., Stich, M., Manrubia, S.C. (2009). The dawn
of the RNA world: Toward functional complexity through li-
gation of random RNA oligomers. RNA, 15, 743-749.
Cairns-Smith, A.G. (1965). The origin of life and the na-
ture of the primitive gene. J. Theoret. Biol., 10, 53-88.
Darwin, C.R. The origin of species by means of natural
selection, Londres, John Murray, 1859. [Versión reciente
en español: C. R. Darwin, El origen de las especies, Espasa
Calpe, Madrid, 2009]
Delaye, L., Lazcano, A. (2005). Prebiological evolution
and the physics of the origin of life. Phys. Life Rev., 2, 47-64.
Dobzhansky, T. (1973). Nothing in biology makes
sense except in the light of evolution. The American Biol-
ogy Teacher, 35, 125-129.
Gilbert, W. (1986). Origin of life: The RNA world. Na-
ture, 319, 618.
Haldane, J.B.S. (1929). The origin of life. Rationalist An-
nual, 148, 3-10.
Huang, W., Ferris, J.P. (2006). One-step, regioselective
synthesis of up to 50-mers of RNA oligomers by montmo-
rillonite catalysis. J. Am. Chem. Soc., 128, 8914-8919.
Joyce, G.F. (2002). The antiquity of RNA-based evolu-
tion. Nature, 418, 214-221.
Martin, W., Rusell, M.J. (2003). On the origins of cells:
a hypothesis for the evolutionary transitions from abiotic
geochemistry to chemoautotrophic prokaryotes, and from
prokaryotes to nucleated cells. Phil. Trans. R. Soc. Lond.
B, 358, 59-85.
Margulis,L.,Chapman,M.J.(1998).Endosymbioses:cycli-
cal and permanent in evolution. Trends Microbiol. 6: 342-346.
Miller, S.L. (1953). A production of amino acids under
possible primitive Earth conditions. Science, 117, 528-529.
Mitchell, P. (1961). Coupling of phosphorylation to
electron and hydrogen transfer by a chemi-osmotic type of
mechanism. Nature, 191, 144-148.
Mojzsis, S.J., Arrhenius, G., McKeegan, K.D., Harrison,
T.M., Nutman, A.P., Friend, C.R.L. (1996). Evidence for life
on Earth before 3,800 million years ago. Nature, 384, 55-59.
Oparin, A.I. Proskhodenie zhisni, Moscovksii Rabotch-
ii, Moscú, 1924. [Primera traducción al inglés: A.I. Oparin,
The origin of life, MacMillan, New York, 1938; Versión en
español: A.I. Oparin, El origen de la vida, Akal, Madrid,
1989]
Pace, N. (1997). A molecular view of microbial diversity
and the biosphere. Science, 276, 734-740.
Powner, M.W., Gerland, B., Sutherland, J.D. (2009).
Synthesis of activated pyrimidine ribonucleotides in prebi-
otically plausible conditions. Nature, 459, 239-242.
Ricardo, A., Szostak, J.W. (2009). El origen de la vida.
Investigación y Ciencia 398: 38-46.
Segré, D., Ben-Eli, D., Deamer, D.W., Lancet, D. (2001).
The lipid world. Orig. Life Evol. Biosph., 31, 119-145.
Schopf, W., Packer, B.M. (1987). Early Archean (3.3-bil-
lion to 3.5-billion-year-old) microfossils from Warrawoona
group, Australia. Science, 237, 70-73.
Shapiro, R. (2007). El origen de la vida. Investigación y
Ciencia, 371, 18-25.
Stetter, K.O. (2006). Hyperthermophiles in the history
of life. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B, 361, 1837-1842.
Wächtershäuser, G. (1988). Before enzymes and tem-
plates: theory of surface metabolism. Microbiol. Rev., 52,
452-484.
Woese, C.R., Kandler, O., Wheelis, M.L. (1990). To-
wards a natural system of organisms: Proposal for the do-
mains Archaea, Bacteria and Eucarya. Proc. Natl. Acad. Sci.
USA, 87, 4576-4579. n
Este artículo fue solicitado desde E.C.T. el día 12 de enero
de 2010 y aceptado definitivamente para su publicación el
1 de junio de 2010.

Más contenido relacionado

Similar a Planeta vivo. El origen y la evolución temprana de la vida en la tierra.pdf

Ana lucia
Ana luciaAna lucia
Origen y evolución temprana de la vida
Origen y evolución temprana de la vidaOrigen y evolución temprana de la vida
Origen y evolución temprana de la vida
Norma Martínez
 
Tema 2 - Origen de la vida
Tema 2 -  Origen de la vidaTema 2 -  Origen de la vida
Tema 2 - Origen de la vida
benicalapbiogeo
 
origendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptx
origendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptxorigendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptx
origendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptx
JesusChavez7251
 
Origen primera celula procariota Proyecto
Origen primera celula procariota ProyectoOrigen primera celula procariota Proyecto
Origen primera celula procariota Proyecto
Joszhue QuImi
 
Pres 10-origen de la vida
Pres 10-origen de la vidaPres 10-origen de la vida
Pres 10-origen de la vida
roberto142
 
Teorias del origen de la vida 8° basico
Teorias del origen de la vida 8° basicoTeorias del origen de la vida 8° basico
Teorias del origen de la vida 8° basico
Nicole Vidal Arratia
 
Lectura origen de la vida sexto
Lectura origen de la vida sextoLectura origen de la vida sexto
Lectura origen de la vida sexto
JULIAN CASTILLO
 
Evolucion1 a
Evolucion1 aEvolucion1 a
Evolucion1 a
Jhon Mario Ibarra
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
YukaBubu
 
ORIGEN DE LA VIDA
 ORIGEN DE LA VIDA ORIGEN DE LA VIDA
ORIGEN DE LA VIDA
BryaNJhoelAlanocaLop
 
Recuperacion de ciencias
Recuperacion de cienciasRecuperacion de ciencias
Recuperacion de ciencias
jonnierregular12
 
Nutrición de los primeros seres vivos 2
Nutrición de los primeros seres vivos 2Nutrición de los primeros seres vivos 2
Nutrición de los primeros seres vivos 2
IES Turina/Rodrigo/Itaca/Palomeras
 
Origen de lo Viviente
Origen de lo VivienteOrigen de lo Viviente
Origen de lo Viviente
lucebad
 
EvolucióN
EvolucióNEvolucióN
EvolucióN
ANACV
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
rubicar1012
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
rubicar1012
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
rubicar1012
 
Bio electivo-iii
Bio electivo-iiiBio electivo-iii
Bio electivo-iii
berny
 
Biologia celular diapositivas
Biologia celular diapositivasBiologia celular diapositivas
Biologia celular diapositivas
martin2345
 

Similar a Planeta vivo. El origen y la evolución temprana de la vida en la tierra.pdf (20)

Ana lucia
Ana luciaAna lucia
Ana lucia
 
Origen y evolución temprana de la vida
Origen y evolución temprana de la vidaOrigen y evolución temprana de la vida
Origen y evolución temprana de la vida
 
Tema 2 - Origen de la vida
Tema 2 -  Origen de la vidaTema 2 -  Origen de la vida
Tema 2 - Origen de la vida
 
origendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptx
origendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptxorigendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptx
origendelavida-2010-100427200516-phpapp02.pptx
 
Origen primera celula procariota Proyecto
Origen primera celula procariota ProyectoOrigen primera celula procariota Proyecto
Origen primera celula procariota Proyecto
 
Pres 10-origen de la vida
Pres 10-origen de la vidaPres 10-origen de la vida
Pres 10-origen de la vida
 
Teorias del origen de la vida 8° basico
Teorias del origen de la vida 8° basicoTeorias del origen de la vida 8° basico
Teorias del origen de la vida 8° basico
 
Lectura origen de la vida sexto
Lectura origen de la vida sextoLectura origen de la vida sexto
Lectura origen de la vida sexto
 
Evolucion1 a
Evolucion1 aEvolucion1 a
Evolucion1 a
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
 
ORIGEN DE LA VIDA
 ORIGEN DE LA VIDA ORIGEN DE LA VIDA
ORIGEN DE LA VIDA
 
Recuperacion de ciencias
Recuperacion de cienciasRecuperacion de ciencias
Recuperacion de ciencias
 
Nutrición de los primeros seres vivos 2
Nutrición de los primeros seres vivos 2Nutrición de los primeros seres vivos 2
Nutrición de los primeros seres vivos 2
 
Origen de lo Viviente
Origen de lo VivienteOrigen de lo Viviente
Origen de lo Viviente
 
EvolucióN
EvolucióNEvolucióN
EvolucióN
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
 
Origen de la vida
Origen de la vidaOrigen de la vida
Origen de la vida
 
Bio electivo-iii
Bio electivo-iiiBio electivo-iii
Bio electivo-iii
 
Biologia celular diapositivas
Biologia celular diapositivasBiologia celular diapositivas
Biologia celular diapositivas
 

Último

Planificación Ejemplo con la metodología TPACK
Planificación Ejemplo con la metodología  TPACKPlanificación Ejemplo con la metodología  TPACK
Planificación Ejemplo con la metodología TPACK
ssusera6697f
 
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
rosannatasaycoyactay
 
Guia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdf
Guia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdfGuia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdf
Guia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdf
Demetrio Ccesa Rayme
 
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdfPresentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
LuanaJaime1
 
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdfLa necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
JonathanCovena1
 
Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.
Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.
Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.
20minutos
 
Lecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docx
Lecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docxLecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docx
Lecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docx
Alejandrino Halire Ccahuana
 
EVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptx
EVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptxEVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptx
EVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptx
Victor Elizalde P
 
Las Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI UNESCO Ccesa007.pdf
Las Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI  UNESCO Ccesa007.pdfLas Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI  UNESCO Ccesa007.pdf
Las Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI UNESCO Ccesa007.pdf
Demetrio Ccesa Rayme
 
Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...
Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...
Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...
Unidad de Espiritualidad Eudista
 
Libro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eess
Libro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eessLibro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eess
Libro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eess
maxgamesofficial15
 
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdfMundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
ViriEsteva
 
Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024
Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024
Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024
israelsouza67
 
Dosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdf
Dosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdfDosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdf
Dosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdf
KarenRuano6
 
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLMExamen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Juan Martín Martín
 
efemérides del mes de junio 2024 (1).pptx
efemérides del mes de junio 2024 (1).pptxefemérides del mes de junio 2024 (1).pptx
efemérides del mes de junio 2024 (1).pptx
acgtz913
 
Manual de procedimiento para gráficos HC
Manual de procedimiento para gráficos HCManual de procedimiento para gráficos HC
Manual de procedimiento para gráficos HC
josseanlo1581
 
El Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdf
El Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdfEl Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdf
El Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdf
Robert Zuñiga Vargas
 
CONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIA
CONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIACONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIA
CONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIA
ginnazamudio
 
2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado
2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado
2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado
GiselaBerrios3
 

Último (20)

Planificación Ejemplo con la metodología TPACK
Planificación Ejemplo con la metodología  TPACKPlanificación Ejemplo con la metodología  TPACK
Planificación Ejemplo con la metodología TPACK
 
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
 
Guia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdf
Guia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdfGuia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdf
Guia Practica de ChatGPT para Docentes Ccesa007.pdf
 
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdfPresentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
 
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdfLa necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
 
Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.
Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.
Examen de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha 2024.
 
Lecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docx
Lecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docxLecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docx
Lecciones 10 Esc. Sabática. El espiritismo desenmascarado docx
 
EVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptx
EVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptxEVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptx
EVALUACION ESTUDIANTIL 2023-2024 Ecuador - Costa.pptx
 
Las Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI UNESCO Ccesa007.pdf
Las Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI  UNESCO Ccesa007.pdfLas Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI  UNESCO Ccesa007.pdf
Las Tecnologias Digitales en los Aprendizajesdel Siglo XXI UNESCO Ccesa007.pdf
 
Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...
Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...
Triduo Eudista: Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; El Corazón de Jesús y el...
 
Libro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eess
Libro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eessLibro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eess
Libro Integrado 8vo egb len-mat-ccnn-eess
 
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdfMundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
 
Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024
Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024
Evaluacion del tercer trimestre del 2023-2024
 
Dosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdf
Dosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdfDosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdf
Dosificación de los aprendizajes U4_Me gustan los animales_Parvulos 1_2_3.pdf
 
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLMExamen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
 
efemérides del mes de junio 2024 (1).pptx
efemérides del mes de junio 2024 (1).pptxefemérides del mes de junio 2024 (1).pptx
efemérides del mes de junio 2024 (1).pptx
 
Manual de procedimiento para gráficos HC
Manual de procedimiento para gráficos HCManual de procedimiento para gráficos HC
Manual de procedimiento para gráficos HC
 
El Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdf
El Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdfEl Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdf
El Cerebro se Cambia a si Mismo-Norman Doidge.pdf
 
CONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIA
CONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIACONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIA
CONTENIDOS Y PDA DE LA FASE 3,4 Y 5 EN NIVEL PRIMARIA
 
2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado
2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado
2° año LA VESTIMENTA-ciencias sociales 2 grado
 

Planeta vivo. El origen y la evolución temprana de la vida en la tierra.pdf

  • 1. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 25 ISSN: 1132-9157 – Pags. 25-32 Fundamentos Conceptuales y Didácticos Planeta vivo: El origen y la evolución temprana de la vida en la Tierra Living planet: the origin and early evolution of life on Earth Carlos Briones Llorente Laboratorio de Evolución Molecular. Centro de Astrobiología (CSIC-INTA, asociado al NASA Astrobiology Institute). Torrejón de Ardoz, Madrid Resumen Nuestro planeta es, por lo que sabemos hasta la fecha, el único lugar del cosmos donde existen seres vivos. El estudio del origen y la evolución temprana de la vida en la Tierra es un campo de investigación interdisciplinar muy activo, que está logrando responder a algunas de las muchas incógnitas planteadas desde hace un siglo y medio, cuando Charles R. Darwin sugirió que toda la biodiversidad observada podría ser el resultado de la evolución a través del tiempo a partir de una única forma de vida. Los primeros resultados de la química prebiótica iniciaron en 1953 el estudio sobre el origen de la vida como una disciplina experimental. Actualmente estudiamos en los laboratorios distintas etapas evolutivas desde las primeras biomoléculas hasta esa especie ancestral, que denominamos LUCA, de la que derivamos todas las demás. Diversas evidencias experimentales apoyan la hipótesis del “Mundo RNA”, según la cual esa molécula fue anterior al DNA y a las proteínas y podría postularse como el punto de partida de la evolución darwiniana. En cualquier caso, muchas son las preguntas que aún debemos responder en la investigación sobre la emergencia de la vida en la Tierra... y quizá fuera de ella. Palabras clave: Química prebiótica, superficies minerales, Mundo RNA, metabolismo, evolución, virus, células, astrobiología Abstract Our planet is, as far as we know, the only place in the universe where living beings exist. The study of the origin and early evolution of life on Earth is a very active, interdisciplinary research field. We are currently addressing some of the questions raised since, a century and a half ago, Charles R. Darwin suggested that the biodiversity observed could be the outcome of evolution from a single form of life. The first achievements of prebiotic chemistry initiated in 1953 the study of the origin of life as an experimental discipline. Nowadays, many laboratories investigate different evolutionary stages from the first biomolecules to LUCA, the common ancestor of all current species. Several experimental evidences support the “RNA World” hypothesis, which proposes that this molecule originated before DNA and proteins and that RNA could therefore represent the starting point of Darwinian evolution. In any case, there are still many open questions to be addressed in the study of the emergence of life on Earth and perhaps beyond. Keywords: Prebiotic chemistry, mineral surfaces, RNA World, metabolism, evolution, virus, cell, astrobiology Introducción La Astrobiología es una ciencia joven en la que convergen distintos campos de la física, la química, la geología, la biología y la ingeniería. A través de esta aproximación interdisciplinar se trata de responder a distintas cuestiones relacionadas con el origen, evo- lución y presencia de la vida en el Universo. El origen de la vida es en sí mismo un tema de investigación apasionante, que encierra preguntas complejas como cuándo ocurrió la transición de la materia inanimada a la viva, cómo se produjo ese salto cualitativo, si tuvo lugar en la Tierra o fuera de ella, y si el paso de la química a la biología puede haber sido un hecho frecuente en diferentes lugares del universo. El mundo molecular anterior a las células no deja fósiles que puedan ser analizados para re-
  • 2. 26 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) construir el origen de la vida. Así, lo que hoy sa- bemos sobre aquella época de hace más de 3.500 millones de años es el resultado de las pruebas in- directas derivadas de dos aproximaciones comple- mentarias. La primera línea de investigación es la denominada bottom-up o “de abajo hacia arriba”, y consiste en intentar llegar a la biología a partir de una química progresivamente más compleja. Para ello se sigue el camino iniciado por el famoso experimento de química prebiótica de Stanley L. Miller, con el que demostró que los aminoácidos que constituyen las proteínas podían obtenerse abióticamente a partir de los gases potencialmente presentes en la atmósfera terrestre primitiva (Mi- ller, 1953). La segunda vía es la conocida como top-down o “de arriba hacia abajo”, y se basa en la compara- ción de los genomas y metabolismos de los orga- nismos actuales en busca de características comu- nes que pudieron existir en una especie celular de la que hemos derivado todas las demás, denomina- da “progenote” o LUCA –del inglés Last Universal Common Ancestor–. Podemos considerar que esta segunda aproximación fue iniciada por Charles R. Darwin hace un siglo y medio. En efecto, a pesar de que en esa época se desconocía la naturaleza del material genético y los mecanismos molecula- res que operan en los seres vivos, tanto en el pá- rrafo final de “El origen de las especies” (Darwin, 1859) como en la correspondencia que mantuvo con otros científicos de su época, Darwin ya sugi- rió que la biodiversidad que observaba podría ser el resultado de la evolución a través del tiempo a partir de una única forma de vida. Para investigar sobre el origen resulta nece- sario, en primer lugar, definir de una forma ope- rativa lo que entendemos por vida. A pesar de que todas las definiciones de vida resultan incom- pletas y cuestionables, una de las más utilizadas en investigación es la que ha propuesto el NASA Astrobiology Institute: “Un ser vivo es un sistema químico automantenido, que evoluciona como re- sultado de su interacción con el medio”. Esta defi- nición incluye las características principales de la vida y engloba a todos los seres vivos celulares. No obstante esta definición –y oras muchas– deja a entidades replicativas acelulares muy relevan- tes en biología, como los virus y los viroides, en el límite entre lo vivo y lo no vivo. Una frontera, pre- cisamente, muy interesante para investigar sobre el origen de la vida. Por otra parte, una cuestión adicional que debemos introducir es que en los seres vivos se distingue entre el fenotipo –las ca- racterísticas visibles o cuantificables de los orga- nismos, como su forma o el tipo de metabolismo que poseen– y el genotipo –la información gené- tica que es responsable del fenotipo observado–. Los materiales de partida: la química prebiótica y los mundos minerales Desde la formación de la Tierra, hace aproxi- madamente 4.550 millones de años (Ma), hasta que hace entre 4.200 y 3.900 Ma aparecieron las primeras rocas sedimentarias, la actividad geoló- gica de nuestro planeta, junto con el intenso bom- bardeo meteorítico al que estaba sometido, produ- cía temperaturas y presiones incompatibles con la existencia de agua líquida. Por tanto, se considera que la vida difícilmente pudo originarse en la Tierra durante el eón Hadeano, hace más de 3.900 Ma. Un dato relevante es que el desbalance isotópico del carbono presente en rocas sedimentarias de 3.800 Ma encontradas en Isua, Groenlandia, podría indicar un sistema “biológico” de fijación de CO2 (Mojzsis y col., 1996). Si esto fuera así, algún tipo de vida fotosintética se habría desarrollado en tan solo 100 Ma, un intervalo que varios autores consideran de- masiado corto. En cualquier caso, se sabe que hace 3.500 Ma la vida ya existía, y además había dado lugar a una gran variedad de morfologías celulares y relaciones ecológicas. Esto lo podemos afirmar porque se han detectado y caracterizado microfósi- les con esa antigüedad en los sílex de Apex –grupo Warrawoona, Australia Occidental– cuya morfología es compatible con la de las cianobacterias filamen- tosas actuales (Schopf y Packer, 1987). También en Warrawoona, y en rocas de la misma época, se han encontrado estromatolitos fósiles similares a las comunidades de especies unicelulares que forman actualmente los tapetes microbianos. Con ello, la pregunta que surge es: ¿cómo se pudo pasar, en relativamente poco tiempo, de un planeta convulso e inhóspito a una vida plenamente establecida? Siguiendo la escuela de pensamiento iniciada por Darwin, Alexandr I. Oparin y John B. S. Haldane publicaron en los años 20 del siglo pasado sendas obras que trataron científicamente al pro- blema del origen de la vida (Oparin, 1924; Haldane, 1929). Tres décadas después se produjo el siguiente hito fundamental: la primera aproximación experi- mental al origen de la vida. El experimento que inau- guraría el campo de la química prebiótica fue reali- zado por Stanley L. Miller en el laboratorio de Harold Urey, y permitió demostrar que varios monómeros biológicos –incluidos los aminoácidos que constitu- yen las proteínas– podían obtenerse a partir de los gases provenientes del vulcanismo que formaban la atmósfera terrestre primitiva (Miller, 1953). Así, gra- cias al aporte de energía suministrado por descar- gas eléctricas, CH4, NH3, H2O y H2 reaccionaban para formar, en ausencia de cualquier actividad biológi- ca, una mezcla de los monómeros esenciales para la vida que comenzó a denominarse “sopa prebiótica”. El éxito y popularidad de las diferentes variantes de este experimento fue enorme, sobre todo cuando se comprobó que el meteorito Murchison –una condri-
  • 3. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 27 ta carbonácea caída en Victoria, Australia, en 1969– contenía entre su materia orgánica los aminoácidos que Miller había sintetizado en el laboratorio. No obstante, se ha demostrado que si la atmósfera pri- mitiva no era tan reductora, y en concreto contenía CO o CO2, la eficiencia de la síntesis de aminoácidos en “experimentos tipo Miller” disminuye notable- mente. Por tanto, hoy en día el papel de este pro- ceso en el origen de la vida se cuestiona en función de las discrepancias existentes en los modelos de atmósfera primitiva. En la década siguiente, otro experimento re- levante de química prebiótica permitió al español Joan Oró sintetizar abióticamente la adenina, una de las cuatro bases nitrogenadas que forman los nu- cleótidos –monómeros de los dos ácidos nucleicos naturales, DNA y RNA–. Desde entonces, diferentes líneas de investigación han llevado a obtener gran cantidad de moléculas pequeñas y bio-monómeros a partir de precursores químicos sencillos. En mu- chos de estos experimentos ha sido imprescindible contar con catalizadores inorgánicos en el proceso, desde iones metálicos en disolución hasta las su- perficies de distintos minerales o rocas. Con ello se ha puesto de manifiesto a necesidad de realizar abordajes experimentales en la intersección entre la geología, la química inorgánica y la bioquímica. En una de estas líneas de trabajo se ha demostrado que filosilicatos como la montmorillonita permiten catalizar la formación de cadenas de RNA de hasta 50 nucleótidos de longitud a partir de precursores monoméricos activados (Huang y Ferris, 2006). La relevancia de la montmorillonita –y en menor medida de la mica y la pirita– para la aparición de las macromoléculas biológicas enlaza los trabajos actuales con la hipótesis de Graham Cairns-Smith en los años 60 sobre un Mundo de arcilla. En él, un cier- to tipo de “herencia” primitiva anterior al material genético podría haber estado basada en la transmi- sión, durante su crecimiento, de las irregularidades presentes en cristales de silicatos (Cairns-Smith, 1965). En este contexto, también resultan relevan- tes los trabajos de Gunter Wächtershäuser sobre el Mundo de hierro y azufre, en el cual las superficies de pirita y otros sulfuros metálicos pudieron cata- lizar la polimerización de péptidos a partir de ami- noácidos, y además haber albergado alguna forma de metabolismo primitivo (Wächtershäuser, 1988). El origen de la vida: Mundo RNA y Mun- dos pre-RNA A pesar de los éxitos experimentales obtenidos en el ámbito de la química prebiótica, desde la sínte- sis de los primeros monómeros o bio-polímeros cor- tos hasta el origen del primer sistema que pudiera ser definido como un “ser vivo” hubo de recorrerse un largo camino. Durante las últimas décadas se ha trabajado intensamente para intentar entender cómo pudo ser la evolución que llevó de las prime- ras moléculas biológicas a LUCA, es decir, desde las raíces del árbol de la vida hasta ese punto de su tronco en que se separaron las ramas que han ori- ginado toda la biodiversidad actual. A lo largo del tronco común de la vida debieron producirse varios procesos, cada uno de los cuales constituye un im- portante reto científico: el final de la síntesis de mo- nómeros biológicos, la elección de la quiralidad, el origen de las membranas biológicas, la aparición de la primera población de moléculas capaces de auto- replicarse, el establecimiento del código genético, la construcción de redes metabólicas, o la progresiva formación de un genoma suficientemente complejo como para permitir la evolución de una “célula mí- nima” viable. En este campo existe una paradoja central que resulta difícil de resolver. En todas las células ac- tuales, la información genética está almacenada en el DNA, el flujo de información genética se pro- duce en sentido DNA→RNA→Proteína, y la mayor parte del metabolismo y funciones celulares la realizan las proteínas. Las proteínas están codifi- cadas por el DNA, y a su vez la replicación del DNA no puede llevarse a cabo sin proteínas con activi- dad “DNA polimerasa” (Figura 1). Entonces, ¿qué apareció primero, el DNA o las proteínas? Esta era una pregunta sin respuesta hasta el comienzo de la década de 1980. Desde entonces, diferentes evidencias experimentales apuntan a que la pri- mera macromolécula biológica no fue ninguna de esas dos, sino la que en la biología actual actúa como intermediaria en la expresión del mensaje genético: el RNA. La hipótesis del “Mundo RNA” (Gilbert, 1986) mantiene que antes de la aparición de las proteínas y el DNA, el RNA podría haber desempeñando tanto funciones catalíticas –como hacen en las células determinadas enzimas de Fig. 1. Representación esquemática del flujo de información genética en los seres vivos. Los procesos que tienen lugar en las células se muestran con flechas continuas, mientras que los realizados sólo por ciertos virus se indican con trazo discontinuo. La replicación del DNA y del RNA, la transcripción y la retrotranscripción son catalizadas por proteínas con la correspondiente actividad enzimática, mientras que la traducción se realiza por complejos agregados de RNA y proteínas denominados ribosomas.
  • 4. 28 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) RNA llamadas “ribozimas”– como de archivo de información genética –tal como ocurre en muchos virus actuales incluido el de la gripe o el del sida–. Esto es posible porque el RNA es la única de las tres macromoléculas con suficiente versatilidad como para funcionar simultáneamente como ge- notipo y fenotipo, las dos caras de la moneda de la vida. De esta forma, el RNA habría sido anterior a las proteínas y al DNA (Figura 2), algo que resul- ta plausible cuando se examinan con detalle las características moleculares de los seres vivos ac- tuales. No obstante ha de destacarse que, por el momento, no se ha logrado encontrar o sintetizar ninguna molécula de RNA capaz de replicarse a sí misma, y que por tanto pudiera postularse como sustrato –su secuencia– y agente –su actividad RNA polimerasa– de la evolución darwiniana. Si el Mundo RNA fue realmente el protagonis- ta de la evolución precelular, estaría caracterizado porque las ribozimas RNA polimerasas originaban copias de un RNA molde en las que aparecían mu- chos errores o mutaciones, debido a la ausencia de actividades correctoras de pruebas en tales re- plicasas primitivas. La investigación con virus ac- tuales cuyo genoma es de RNA nos está ayudando mucho a comprender cómo pudo ser la dinámica de esos primeros replicones capaces de evolu- cionar como respuesta a las presiones selectivas presentes en fases iniciales de la vida. Además, en los laboratorios de biología molecular se realizan experimentos de evolución in vitro con los cuales es posible simular el comportamiento de poblacio- nes de moléculas de RNA y realizar en un período de pocas semanas procesos análogos a los que se produjeron en nuestro planeta a lo largo de millo- nes de años (Joyce, 2002). Mediante evolución in vitro se ha logrado obtener moléculas artificiales de RNA con actividad RNA polimerasa aunque, como se señalaba en el párrafo anterior, todavía ninguna “RNA auto-replicasa” capaz de copiar por completo otra molécula molde con la misma se- cuencia que la del catalizador. Además de este hecho, el modelo del Mundo RNA tiene otros problemas que resolver para poder proponerse como el punto de partida de la evolu- ción biológica. Algunas de esas limitaciones del RNA como primer bio-polímero informativo están relacio- nados con su baja estabilidad en disolución, y con su rápida degradación a temperaturas elevadas. La trascendencia del primer punto disminuye si consi- deramos que un mundo RNA anterior a la aparición de las proteínas no podía estar amenazado por las enzimas degradadoras de RNA o “RNasas” que abundan en la actualidad. Sin embargo la labilidad del RNA a temperaturas elevadas sería un incon- veniente si los primeros seres vivos aparecieron a temperaturas superiores a los 60°C, como mantie- nen los partidarios del “origen caliente” de la vida (Stetter y col., 2006). Por otra parte, la baja eficiencia en la síntesis abiótica de la ribosa –el azúcar que junto con un grupo fosfato y una base nitrogenada constituye cada ribonucleótido del RNA (Figura 3)– parecía otra limitación insalvable, hasta que recientemente Fig. 2. Principales procesos que tuvieron lugar antes de la aparición de LUCA, según la hipótesis del “Mundo RNA”. Se muestran las distintas etapas evolutivas a lo largo del tronco común del árbol de la vida, así como los puntos en los que se podría situar el origen de los primeros virus con genoma de RNA y de DNA.
  • 5. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 29 se ha descrito un sistema alternativo para obtener los monómeros del RNA a partir de un único precur- sor sencillo (Powner y col., 2009). Otro problema tiene que ver con el hecho de que mediante poli- merización abiótica sobre arcillas, o en sistemas que contienen lípidos, se han obtenido oligómeros de RNA de hasta 40-50 nucleótidos, mientras que las ribozimas más sencillas con capacidad RNA po- limerasa seleccionadas mediante evolución in vitro son relativamente complejas y tienen 180 nt de longitud. Como un posible mecanismo que medie en ese “salto evolutivo” necesario para el origen del Mundo RNA se ha desarrollado un modelo de evolución modular basado en la unión o ligación inicial de moléculas cortas y de secuencia aleatoria de RNA. Mediante este mecanismo se permitiría la progresiva adición de módulos funcionales de RNA a una molécula progresivamente más larga y com- pleja que llegaría a adquirir actividad RNA polime- rasa (Briones y col., 2009). En paralelo, ante las aparentes limitaciones del RNA como primera macromolécula capaz de portar información heredable, y dado que el DNA proba- blemente surgió con posterioridad a él, durante las últimas décadas una línea de investigación impor- tante en química orgánica y bioquímica ha sido la síntesis de análogos de los ácidos nucleicos natu- rales. Entre estos polímeros, resultarán relevantes para el origen de la vida los que sean más estables que el DNA y el RNA, y que además estén formados por monómeros más fácilmente sintetizables que los nucleótidos en condiciones prebióticas. En al- gunos de ellos el esqueleto azúcar-fosfato del RNA y del DNA se ha sustituido por polímeros de glicerol o de ciertos azúcares más pequeños que las pen- tosas. Otro análogo muy investigado desde que se sintetizó a principios de la década de 1990 es el denominado ácido nucleico peptídico o “PNA”, que posee un esqueleto longitudinal parecido al de las proteínas del cual sobresalen las bases nitro- genadas en la conformación adecuada para inte- raccionar específicamente con los ácidos nucleicos naturales (Figura 3). Por tanto, tal vez algún polímero informativo similar al PNA u otros análogos protagonizó un “Mundo pre-RNA” capaz de resistir las rigurosas presiones selectivas de hace unos 3.800 Ma, y posteriormente transferir al RNA la información seleccionada hasta entonces (Joyce, 2002; Delaye y Lazcano, 2005). Al igual que en otras etapas del camino hacia la vida, en el ámbito de los análogos de ácidos nucleicos es tentador pensar en distin- tos orígenes más o menos simultáneos de otras tantas moléculas con información heredable. No obstante, ha de recordarse que ninguno de estos posibles polímeros pre-RNA prevalece en la biolo- gía actual, por lo que se asume que su declive ya se había producido mucho antes de la aparición de LUCA. Los compartimentos y el metabolismo Como ya demostró C.R. Darwin, la vida conlleva evolución. El genetista Theodosius Dobzhansky sin- tetizó este hecho en el enunciado que da título a uno de sus trabajos: “Nada en biología tiene sentido si no es a la luz de la evolución” (Dobzhansky, 1973). Tal evidencia sólo la cuestionan hoy en día los parti- darios del creacionismo o “diseño inteligente”, con prejuicios basados en sus propias creencias y no en argumento científico alguno. Así, el origen de la vida debió suponer también el punto de partida de la evolución. Y, tal como hemos indicado, quizá el RNA fue la primera molécula capaz de evolucionar. Pero, para intentar entender el origen de la vida y de la evolución, necesitamos dos ingredientes adi- cionales, tan necesarios como la replicación de una molécula informativa: la existencia de un comparti- mento capaz de diferenciar el individuo de su entor- no, y la disponibilidad de un metabolismo gracias al cual el “ser vivo” intercambiaría materia y energía con el medio. La vida actual está siempre compartimentada, y es sabido que la célula constituye la unidad estruc- tural y funcional de los organismos. Así, asumimos que ya en las primeras etapas de la vida algún tipo de compartimento debió permitir la individualiza- ción de la entidad capaz de evolucionar frente al medio en el que lo hacía. Esto permitiría un com- portamiento termodinámico muy diferente dentro del ser vivo –en el cual la materia se ordenaba y la Fig. 3: Representación esquemática del RNA y el PNA, mostrando su capacidad para interaccionar específicamente a través de puentes de hidrógeno entre sus bases nitrogenadas. Se señala un monómero de cada uno de los polímeros: un ribonucleótido del RNA –que se une a sus vecinos mediante enlaces éster-fosfato– y una unidad de N-(2- aminoetil)glicina del PNA –que se enlaza mediante enlaces peptídicos a los monómeros contiguos–.
  • 6. 30 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) entropía descendía– y en su entorno. Además, la existencia de un compartimento evitaba la dilución de las biomoléculas de esa proto-célula en el medio, con lo que se mejoraban los parámetros cinéticos y se garantizaba el mantenimiento de la red de inte- racciones químicas necesarias para la supervivencia del sistema replicativo. La compartimentación de los sistemas químicos progresivamente más complejos pudo lograrse gra- cias a la existencia de microambientes en la superfi- cie o el interior de determinados minerales o rocas. En este sentido, resulta sugerente la propuesta de un sistema de compartimentos minerales formados por sulfuros de hierro y asociados a las surgencias hidrotermales submarinas, que podrían haber alber- gado las reacciones metabólicas necesarias para las primeras etapas de la evolución precelular (Martin y Rusell, 2003). Alternativamente, los primeros compartimentos pudieron estar formados por sustancias anfifílicas, que en un medio acuoso originarían espontánea- mente vesículas capaces de encerrar al sistema evolutivo tal como ocurre en la biosfera actual con los lípidos que forman las membranas biológicas. Moléculas más simples que los lípidos de nuestras membranas, como por ejemplo ciertos ácidos gra- sos de cadena corta, se han propuesto como candi- datos plausibles para formar las primeras bicapas y vesículas (Segré y col., 2001). La existencia de una membrana –en la cual podrían insertarse algunas moléculas capaces de aumentar su permeabilidad, como péptidos cortos de secuencia aleatoria– per- mitiría el intercambio de sustancias entre el ser vivo y su entorno, y con ello la aparición de los primeros gradientes moleculares utilizables para la produc- ción de energía química. Un sistema semipermeable de separación entre el ser vivo y su entorno lleva consigo, por tanto, la posibilidad de acoplar los flujos de materia con sis- temas de obtención de energía (Mitchell, 1961). Se permitiría así el establecimiento de un proto-metabo- lismo capaz de garantizar la viabilidad y autonomía del sistema evolutivo. De hecho, la propia replicación de una molécula informativa como el RNA requiere de algún tipo de metabolismo basal que garantice el aporte constante hacia el interior del compartimento de los ribonucleótidos necesarios para que actuara la hipotética ribozima RNA-polimerasa de la que ha- blábamos en el apartado anterior. La aparición de las primeras rutas metabólicas en las que se asociaran funcionalmente distintas reacciones químicas iría ha- ciendo progresivamente más compleja y robusta la red de interacciones necesarias para extraer energía de los distintos tipos de moléculas presentes en el medio, y también para garantizar la disponibilidad de monómeros requeridos en el mantenimiento del flujo de la información genética (Shapiro, 2007). Durante décadas, una profunda controversia ha mantenido separadas dos escuelas científicas en el ámbito del origen de la vida: los partidarios de la “replicación temprana”, con el modelo del Mundo RNA como bandera, y los que postulaban un “me- tabolismo primordial” anterior a la evolución de moléculas con información heredable. Afortunada- mente, en los últimos años se está produciendo la esperada síntesis entre ambas aproximaciones, y actualmente se investiga con vesículas que contie- nen moléculas de RNA y poseen potencialidad para ser metabólicamente viables (Ricardo y Szostak, 2009). LUCA y la evolución de los primeros or- ganismos Si pudiéramos trazar la genealogía de todas las especies que constituyen la biodiversidad actual comprobaríamos que la totalidad de los seres vivos compartimos el primero de nuestros ancestros: LUCA. Aunque nunca podremos conocer a LUCA en detalle, sí sabemos que esa especie era un microorganismo con membrana lipídica y sin núcleo definido. En ella ya se había establecido el sentido del flujo de infor- mación genética como DNA→RNA→Proteína, y su metabolismo central era el mismo que compartimos todos los organismos actuales. La existencia de nuestro antepasado común se demostró gracias a la comparación de la secuencia de nucleótidos de determinados genes –fundamen- talmente, el que codifica el RNA de la subunidad menor de los ribosomas– en todas las especies co- nocidas (Woese y col., 1990; Pace, 1997). Esta meto- dología, que fue posible hace sólo tres décadas gra- cias a los avances producidos en la secuenciación automática de ácidos nucleicos, permitió determi- nar sin ningún género de dudas que todos los orga- nismos compartimos ese ancestro común sugerido por Darwin, a partir del cual hemos evolucionado en tres grandes ramas diferentes correspondientes a los grandes dominios filogenéticos actuales: Bacte- ria, Archaea y Eukarya (Figura 4). Bacterias y arqueas son seres vivos unicelulares que carecen de núcleo definido y poseen organiza- ción de tipo “procariótico”. El dominio Eukarya eng- loba a todos los eucariotas: organismos unicelula- res o pluricelulares cuya información genética está almacenada en un núcleo celular diferenciado, y que en general poseen un complejo sistema de membra- nas y orgánulos especializados. Hoy en día se asu- me que el núcleo eucariótico se originó por interna- lización de una arquea dentro de una bacteria. Por su parte, el origen de las mitocondrias –orgánulos fundamentales para el metabolismo presentes en prácticamente todos los eucariotas– y los cloroplas- tos –orgánulos fotosintéticos de plantas y algas– se debió a eventos posteriores de “endosimbiosis” de distintos tipos de bacterias en el citoplasma euca- riótico (Margulis y Chapman, 1998).
  • 7. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) – 31 La división en tres dominios, basada en el ge- notipo de los organismos, puede superponerse a la clasificación tradicional basada en el fenotipo, que distingue cinco reinos. Así, los dominios Bacteria y Archaea corresponden a grupos muy diferentes genéticamente dentro del reino Monera –los toda- vía conocidos como “procariotas”– mientras que el dominio Eukarya engloba a los reinos Protoctista – eucariotas unicelulares–, Fungi, Plantae y Animalia. Hongos, plantas y animales constituyen la llamada “corona terminal” de los eucariotas, y los árboles filogenéticos muestran que todas las especies de estos tres reinos nos encontramos genéticamente muy próximas, en el contexto del árbol de la vida global (Figura 4). Evidentemente, situarnos en la co- rona terminal no implica que Homo sapiens u otra especie de animales, plantas u hongos esté “más evolucionada” que las demás, dado que cualquier eucariota, bacteria o arquea, es el resultado de una historia evolutiva que comenzó hace algo más de 3.500 Ma. En busca de vida fuera de la Tierra Como se ha mostrado en los apartados anterio- res, distintas líneas de investigación interdiscipli- nar nos están permitiendo avanzar hacia el origen de la vida, y también hacia la comprensión de los mecanismos evolutivos implicados en la adapta- ción de los seres vivos a las condiciones presentes en diferentes entornos de nuestro planeta. En este sentido ha resultado fundamental el descubrimiento y caracterización de microorganismos extremófilos, que viven en condiciones físico-químicas muy ale- jadas de las que tradicionalmente se consideraban “normales”. Hoy en día sabemos que casi indepen- dientemente de su temperatura, presión, salinidad, grado de acidez o dosis de radiación, en cualquier lugar de la Tierra en el que exista un mínimo de agua líquida y una fuente de energía utilizable –luz visible, compuestos orgánicos reducidos, o ciertos minerales oxidables como la pirita– los seres vivos pueden desarrollarse. Este hecho resulta decisivo para estudiar la capacidad de adaptación de la vida, y también para plantear la búsqueda de seres vivos fuera de nuestro planeta. Así, la Astrobiología tiene como uno de sus objetivos la búsqueda de vida en lugares con condiciones realmente extremas: los planetas Marte y Venus –con los que compartimos la teórica “banda de habitabilidad” del Sistema So- lar–, los satélites Europa y Titán... e incluso algunos planetas fuera de nuestro Sistema Solar en los que se está detectando la presencia de agua. Por tanto, gracias al creciente conocimiento sobre el origen, evolución y diversidad de la vida terrestre, en los laboratorios podemos diseñar instrumentos biosensores embarcables en misiones espaciales para buscar biomarcadores –señales de vida presen- te o pasada– en otros cuerpos del Sistema Solar. Si la vida existe en entornos extraterrestres actualmente, o si dejó huellas moleculares reconocibles a pesar de haberse extinguido en el pasado, los biosensores podrían ser capaces de detectarla e incluso analizar hasta qué punto se parece a la que conocemos en la Tierra. El hipotético descubrimiento fuera de nuestro planeta de un segundo ejemplo de “vida” nos permi- tiría avanzar hacia una de las cuestiones más tras- Fig. 4. Dos ejemplos del árbol filogenético universal de los organismos celulares. A: Árbol sin raíz obtenido por comparación de secuencias del RNA ribosomal de la subunidad menor, en el que se muestra la división de los seres vivos en tres dominios que radian desde LUCA (basado en Pace, 1997). B: Una de las tres posibles topologías del árbol filogenético con raíz, que sugiere que la evolución a partir de LUCA habría dado lugar a las Bacterias por un lado, y por otro a un ancestro común de Eucariotas y Arqueas del que ambos dominios divergirían posteriormente. En este esquema se muestra con trazo más grueso las ramas que llevan a los organismos hipertermófilos, lo que para sus autores es indicativo de un “origen caliente” de la vida (basado en Stetter y col., 2006).
  • 8. 32 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.1) cendentales que están implícitas en el estudio del origen: ¿la emergencia de la vida puede ser un hecho frecuente en los lugares cuyas condiciones físico- químicas lo permiten? O, expresado de otra forma: ¿habitamos en uno de los muchos “planetas vivos” que existen en el Universo? Bibliografía Briones, C., Stich, M., Manrubia, S.C. (2009). The dawn of the RNA world: Toward functional complexity through li- gation of random RNA oligomers. RNA, 15, 743-749. Cairns-Smith, A.G. (1965). The origin of life and the na- ture of the primitive gene. J. Theoret. Biol., 10, 53-88. Darwin, C.R. The origin of species by means of natural selection, Londres, John Murray, 1859. [Versión reciente en español: C. R. Darwin, El origen de las especies, Espasa Calpe, Madrid, 2009] Delaye, L., Lazcano, A. (2005). Prebiological evolution and the physics of the origin of life. Phys. Life Rev., 2, 47-64. Dobzhansky, T. (1973). Nothing in biology makes sense except in the light of evolution. The American Biol- ogy Teacher, 35, 125-129. Gilbert, W. (1986). Origin of life: The RNA world. Na- ture, 319, 618. Haldane, J.B.S. (1929). The origin of life. Rationalist An- nual, 148, 3-10. Huang, W., Ferris, J.P. (2006). One-step, regioselective synthesis of up to 50-mers of RNA oligomers by montmo- rillonite catalysis. J. Am. Chem. Soc., 128, 8914-8919. Joyce, G.F. (2002). The antiquity of RNA-based evolu- tion. Nature, 418, 214-221. Martin, W., Rusell, M.J. (2003). On the origins of cells: a hypothesis for the evolutionary transitions from abiotic geochemistry to chemoautotrophic prokaryotes, and from prokaryotes to nucleated cells. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B, 358, 59-85. Margulis,L.,Chapman,M.J.(1998).Endosymbioses:cycli- cal and permanent in evolution. Trends Microbiol. 6: 342-346. Miller, S.L. (1953). A production of amino acids under possible primitive Earth conditions. Science, 117, 528-529. Mitchell, P. (1961). Coupling of phosphorylation to electron and hydrogen transfer by a chemi-osmotic type of mechanism. Nature, 191, 144-148. Mojzsis, S.J., Arrhenius, G., McKeegan, K.D., Harrison, T.M., Nutman, A.P., Friend, C.R.L. (1996). Evidence for life on Earth before 3,800 million years ago. Nature, 384, 55-59. Oparin, A.I. Proskhodenie zhisni, Moscovksii Rabotch- ii, Moscú, 1924. [Primera traducción al inglés: A.I. Oparin, The origin of life, MacMillan, New York, 1938; Versión en español: A.I. Oparin, El origen de la vida, Akal, Madrid, 1989] Pace, N. (1997). A molecular view of microbial diversity and the biosphere. Science, 276, 734-740. Powner, M.W., Gerland, B., Sutherland, J.D. (2009). Synthesis of activated pyrimidine ribonucleotides in prebi- otically plausible conditions. Nature, 459, 239-242. Ricardo, A., Szostak, J.W. (2009). El origen de la vida. Investigación y Ciencia 398: 38-46. Segré, D., Ben-Eli, D., Deamer, D.W., Lancet, D. (2001). The lipid world. Orig. Life Evol. Biosph., 31, 119-145. Schopf, W., Packer, B.M. (1987). Early Archean (3.3-bil- lion to 3.5-billion-year-old) microfossils from Warrawoona group, Australia. Science, 237, 70-73. Shapiro, R. (2007). El origen de la vida. Investigación y Ciencia, 371, 18-25. Stetter, K.O. (2006). Hyperthermophiles in the history of life. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B, 361, 1837-1842. Wächtershäuser, G. (1988). Before enzymes and tem- plates: theory of surface metabolism. Microbiol. Rev., 52, 452-484. Woese, C.R., Kandler, O., Wheelis, M.L. (1990). To- wards a natural system of organisms: Proposal for the do- mains Archaea, Bacteria and Eucarya. Proc. Natl. Acad. Sci. USA, 87, 4576-4579. n Este artículo fue solicitado desde E.C.T. el día 12 de enero de 2010 y aceptado definitivamente para su publicación el 1 de junio de 2010.