Este documento describe cuatro plantas venenosas: la cicuta, que contiene cicutoxina y puede causar convulsiones y muerte; el ricino, cuya semilla es muy venenosa y provoca diarrea, vómitos e hipotensión; la difenbaquia, que genera picazón y enrojecimiento; y el filodendro, que puede causar dolor estomacal, convulsiones y pérdida de conciencia.