La policía de Perú reprimió violentamente a los comuneros de Kañaris que se oponían pacíficamente a un proyecto minero, dejando 24 personas heridas. Los comuneros temen que la minería contamine sus tierras agrícolas y bosques. A pesar de las protestas pacíficas, la policía usó bombas lacrimógenas y balas de goma contra los manifestantes.