"Lectura y conocimiento para una ciudadanía informada: políticas publicas bib...
Ponencia de Florencia Bossie
1. Queridos compañeros y amigos:
Ante todo quisiera agradecer a la comisión organizadora la invitación y el
espacio que me brindaron para este importante encuentro. Lamento profundamente no
poder acompañarlos pero quería expresarles mis felicitaciones por este importante
espacio que seguramente será provechoso para todos los concurrentes y, aún, para
aquellos que a la distancia seguimos las alternativas de las actividades.
Si bien este tipo de reflexiones siempre estuvieron presentes con mayor o menor grado,
es en estos últimos años en que encontraron un mayor desarrollo, tal vez por la
existencia de un contexto político favorable luego de crisis generalizadas en la región
que pusieron de manifiesto la necesidad de otro tipo de acciones, el surgimiento de
formas más simples de comunicación, nuevas tecnologías que permiten el debate virtual
y acciones cooperativas, la necesidad de abrir nuevos caminos ante la exclusión de los
debates sociales en las asociaciones tradicionales de bibliotecarios. El 1º Foro Social de
Información, Documentación y Bibliotecas (en el año 2004) fue un antecedente que
todos aquéllos que fuimos partícipes recordamos como un hito en la historia de la
profesión de los bibliotecarios interesados por los derechos humanos y sociales. En este
sentido, celebro la conformación de esta Corriente de trabajadores que da nuevo y
renovado impulso. En los últimos años, a lo largo de América Latina surgieron
asociaciones y grupos de bibliotecarios preocupados por temas sociales más que por
aspectos técnicos de la profesión. Son ejemplo de ello:
-el Círculo de Estudios en Bibliotecología Política y Social (CEBI), de México
-el Grupo de Estudios Sociales en Bibliotecología y Documentación (GESBI), de
Argentina
-la Comunidad de Estudios Sociales Alternativos en Bibliotecología (CESABI), de
Uruguay
-la Comisión de Homenaje Permanente a Bibliotecarios y Trabajadores Víctimas del
Terrorismo de Estado, de Argentina
-las acciones llevadas adelante por los Estudiantes de la Escuela Interamericana de
Bibliotecología de Antioquia, Colombia
-y hoy, la Corriente de Trabajadores en Bibliotecas por el Cambio Social
A lo largo de su historia las bibliotecas han ejercido diferentes roles. Hoy, como
dice la colega cordobesa y amiga Silvia Fois sabemos que no son sólo “un espacio de
colecciones brindadas a los usuarios en forma de servicios, sino que esas colecciones
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2. constituyen un acervo de representaciones sociales o capital cultural que tiene una
influencia decisiva en la constitución de la estructura social (…) Es una institución que
produce relaciones por donde circula el poder, sus procesos constituyen eslabones
fundamentales en la proliferación de poderes emergentes o la permanencia de
hegemonías”. Son diversos los factores que pueden influir negativamente en el acceso a
la información: sociales, culturales, económicos, educativos, de salud, morales y esto
puede aplicarse no sólo a la información en papel, sino también a la información digital.
Actividades propias de la profesión del bibliotecario se ven influenciadas por la ética,
ya sea en lo relacionado con el acceso a la información, la propiedad intelectual, la
intimidad, o la confidencialidad de los usuarios, entre otros.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un instrumento que, si bien es
vulnerado y desconocido en innumerables oportunidades, nos da un marco fundamental
para pensar el rol del trabajador de biblioteca. En su artículo 19, declara: "Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el
no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y
opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión". Es por esto que se considera imprescindible abordar el análisis de la misión
y responsabilidad del bibliotecario ya no desde la visión estanca que lo postula como
mero intermediario entre la información registrada en documentos y el usuario, sino
como partícipe del cambio social. Como dice Roberto Casazza, “... el bibliotecario está
llamado a ser partícipe activo en la dolorosa conquista social del conocimiento, lo cual
sólo podrá ser cumplido con plenitud abandonando la concepción instrumental de la
tarea bibliotecaria, la cual -refugiada en conocimientos limitados y seguros- priva al
bibliotecario así autoconcebido de un enriquecimiento vital de ilimitada proyección”.
Íntimamente relacionada con el derecho a la lectura y a la libertad de expresión, la
biblioteca puede hablar a través de su historia, de su colección, de las obras
seleccionadas, de las características de las normas utilizadas para la descripción
documental, de las prácticas relacionadas con la confidencialidad de sus lectores, de las
estrategias llevadas adelante para que las diferencias de clases influyan cada vez menos
en la diferencia en el acceso al conocimiento.
El ejercicio de la profesión del bibliotecario está plagado de actividades regidas por el
hábito y no por la reflexión acerca del compromiso social y político que estas
actividades conllevan. Por eso, todos quienes formamos parte hoy de un movimiento
que intenta otra mirada de la Bibliotecología, coincidimos en la importancia de que el
bibliotecario asuma críticamente su función y su responsabilidad social; que se asuma
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3. como un profesional cuya función se encuentra íntimamente relacionada con el entorno
político, social y económico; que valore el acceso al libro (en cualquiera de sus
formatos), a la información y a la expresión como derechos humanos por los cuales
debe velar; que sea conciente de su rol como preservador de la memoria escrita y
difusor de ésta en un sentido político y no meramente erudito ni técnico; que realice
acciones que conlleven cada vez con más fuerza el acceso libre y gratuito a los
documentos haciéndolos accesibles con las nuevas herramientas que la tecnología
ofrece y promoviendo el achicamiento de la brecha digital. Es necesario que día a día, al
ejercer su tarea, se pregunte el para qué, para quién y cómo la realiza y que interpele
permanentemente algunos términos impuestos desde los tecnicismos y la concepción
administrativa. Conocer su función social y ejercerla de forma conciente y
comprometida es imperioso en tiempos de un mercado cada vez más voraz y
desconocedor de los derechos y las libertades de las sociedades democráticas.
Por eso, compañeros, felicitaciones: a los que se juntaron con objetivos comunes
conformando esta Corriente, y a los que hoy están en la Biblioteca Nacional charlando,
compartiendo ideas, interpelando y generando un nuevo movimiento que es, al fin, una
continuación y un deseo de ser cada vez más y más unidos en objetivos fundamentales:
el amor a los libros, el amor a la palabra escrita, y el respeto por ésta nuestra profesión,
que se torna cada vez más apasionante cuanto más indagamos en su rol fundamental, el
de acercar más libros a más lectores en un contexto social plural.
Un saludo grande para todos y buena jornada!
Florencia Bossié
Desde La Plata
Diciembre de 2010
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