Los gatos pueden tener miedo a los perros por varias razones: 1) su instinto natural de preservación ante animales más grandes que podrían representar una amenaza, 2) experiencias negativas previas con perros, y 3) diferencias en el lenguaje corporal y la forma en que se comunican perros y gatos que pueden llevar a malinterpretaciones. No todos los gatos reaccionarán igual ante los perros.