Un autista pide orden, estructura y predictibilidad; ser escuchado a su ritmo sin demasiadas palabras rápidas; recibir apoyo para comprender y hacer las cosas bien sin muchos errores; tener espacio cuando sea demasiado estimulante y no ser culpado por sus conductas, ya que tienen su propia lógica. Aunque sea diferente, un autista también quiere divertirse y ser querido, y merece una vida satisfactoria.