Una persona con autismo pide que se le ayude a comprender el mundo organizando y estructurando su entorno para anticipar lo que va a suceder, que se respete su ritmo y modo de entender la realidad, y que no se le hable demasiado rápido ni en exceso. También pide que se le muestre cuando hace las cosas bien, que se le explique el sentido de las tareas, y que no se le deje solo pero sin invadir su espacio. Finalmente, pide ser aceptado tal como es y que se le ayude de forma natural sin culparse a sí mismo