Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) en medicina permiten realizar tareas cotidianas de forma más eficiente, mejoran el conocimiento en ámbitos clínicos, de gestión e investigación, y resuelven problemas complejos en menor tiempo con mayor eficacia. Además, las TICs suprimen barreras geográficas y optimizan la coordinación entre profesionales de diferentes niveles asistenciales.