La computación ha evolucionado desde las primeras máquinas mecánicas y analógicas hasta los modernos ordenadores digitales. Los primeros ordenadores eran enormes máquinas programadas mediante tarjetas perforadas o cintas magnéticas para realizar cálculos y tareas repetitivas. Hoy en día, los ordenadores personales son omnipresentes y potentes, y se utilizan para todo tipo de aplicaciones como entretenimiento, comunicaciones y análisis de datos.