Pepe empezó a perder el pelo con el paso de los años y probó muchos remedios sin éxito. Un día su esposa Ana compró plantas y abono, y Pepe se puso abono en la cabeza esperando que le creciera el pelo. Al cabo de unas semanas tenía una mata de hierba en la cabeza. Los vecinos empezaron a imitarlo haciendo crecer flores y hortalizas en sus cabezas, aunque luego las ovejas y vacas querían comerles la cabellera cuando iban al campo.