Vivimos entre tanto ruido que para escucharnos tenemos que detenernos y no lo hacemos. El alma y el corazón hablan solos y tenemos un cuerpo que va guardando la información hasta que un día grita para que lo escuchen y, generalmente, lo hace enfermándose.
Otra manera que tenemos de escucharnos es hablando. Al estar con otro, sobre todo con los que tenemos alguna intimidad, brotan las palabras y hasta nos sorprende enterarnos de cosas que decimos y no sabíamos que pensabamos y sentíamos. Las palabras le dan cuerpo al sentir y nos informan.
Vivimos entre tanto ruido que para escucharnos tenemos que detenernos y no lo hacemos. El alma y el corazón hablan solos y tenemos un cuerpo que va guardando la información hasta que un día grita para que lo escuchen y, generalmente, lo hace enfermándose.
Otra manera que tenemos de escucharnos es hablando. Al estar con otro, sobre todo con los que tenemos alguna intimidad, brotan las palabras y hasta nos sorprende enterarnos de cosas que decimos y no sabíamos que pensabamos y sentíamos. Las palabras le dan cuerpo al sentir y nos informan.
4. SUMISA
No cuentan lo que les pasa.
Dejan que las demás
personas les manden y les
digan lo que tienen que
hacer. Normalmente los
demás no les hacen caso y
se aprovechan de ellos.
5. AGRESIVA
Son mandones, insultan y
asustan a los demás. Sólo
piensan en conseguir lo que
a ellos les gusta, se
aprovechan de sus
compañeros y tienen pocos
amigos porque se meten en
líos o peleas.
6. ASERTIVA
Dicen lo que sienten y piensan
sin ofender, respetan los
sentimientos, opiniones y
deseos de los demás. No dejan
que nadie se aproveche de
ellos y tampoco se aprovechan
de los demás.