El documento describe cómo Dios moldea a los creyentes como alfarero moldea el barro, quebrantando partes que no sirven y reformándolos a su imagen. Aunque el proceso puede doler, Dios insiste con amor y paciencia hasta lograr su propósito en nuestras vidas de transformarnos en vasos de honor. El texto final cita a Jeremías 18:6 para comparar a Dios moldeando a su pueblo como el alfarero moldea el barro.