El anime se originó en Japón después de la Segunda Guerra Mundial a partir de los mangas, que eran historietas impresas. Las primeras series de anime trataban sobre la guerra para enseñarles a las nuevas generaciones sobre la historia de Japón. Más tarde, el anime ganó popularidad en todo el mundo a pesar de algunas críticas, y cubre diversos géneros para diferentes audiencias. El anime se caracteriza por contar historias cotidianas que derivan en eventos extraordinarios y por transmitir la personalidad única de cada personaje.