Las primeras civilizaciones surgieron a orillas de grandes ríos alrededor del año 3000 a.C. en Mesopotamia. Los ríos permitían la agricultura y el transporte de mercancías, y también proveían pescado como alimento. El flujo constante de agua limpiaba el aire y prevenía pestes. Estas civilizaciones desarrollaron el uso de metales, organización social y política, ciudades, Estados, instituciones, y una división del trabajo organizada.