El síndrome de la vibración fantasma ocurre cuando las personas acostumbradas a recibir mensajes y llamadas constantemente perciben la sensación de que su dispositivo está vibrando aunque no esté recibiendo ninguna notificación. Esto se debe a que el cuerpo se ha habituado a la inmediatez del intercambio de mensajes y el cerebro tiende a percibir la vibración para no perderse ninguna llamada u oportunidad importante. El síndrome está relacionado con ansiedad y la espera de comunicaciones significativas.

2. El síndrome de la vibración fantasma es un fenómeno
que se presenta, al parecer, con mucha frecuencia en las
personas que utilizan dispositivos con vibración
activada, por lo menos es lo que revela un estudio
realizado por la Universidad de Indiana .

3. La psicóloga por la Universidad Iberoamericana, Adriana
Romero, explica que la sensación de que un dispositivo
vibra se relaciona con situaciones emocionales que
generan ansiedad como la espera de la llamada de una
pareja. Indicó que quienes no están a la espera de un
mensaje o llamada, presentan el trastorno porque se han
habituado a la inmediatez que representa el intercambio
de mensajes de texto a través de las apps.

4. El hecho de que a una persona le ocurra el Síndrome de la
vibración fantasma es debido a la costumbre que ha
adquirido de estar continuamente recibiendo llamadas y/o
mensajes a lo largo del día y esto hace que la parte de su
cuerpo que normalmente está en contacto con el móvil
perciba esa ‘vibración fantasma’, a pesar de no estar
recibiendo ninguna llamada en ese momento. Lo mismo
ocurre con el oído, el cual es capaz de escuchar el peculiar
sonido de la vibración sin que esté sonando.

5. Dos variables influyen en el número de ‘aciertos’. La
sensibilidad al estímulo real (en el caso de un móvil, la
potencia de la vibración o la sensibilidad de la parte del
cuerpo donde se encuentre el teléfono) y la predisposición
a pensar que se produce el estímulo (por ejemplo, la espera
ansiosa de una llamada de un familiar o de una
oportunidad laboral). En definitiva, tendemos a notar
vibrar el teléfono cuando no es así, porque la alternativa
(no notarlo cuando sí que está vibrando) nos haría perder
llamadas, y ese escenario no le gusta a nuestro cerebro. De
ahí que nos genere ‘alucinaciones’.