El documento resume los resultados de una encuesta realizada en 2011 sobre las percepciones de los consumidores estadounidenses sobre la seguridad e inocuidad de los alimentos. La encuesta encontró que los consumidores estadounidenses estaban más conscientes de lo que comían que hace cinco años y que leían con más frecuencia las etiquetas de país de origen. Además, los consumidores generalmente elegirían productos con más información de trazabilidad y estaban más preocupados por posibles contaminantes químicos y bacterias en los alimentos.