El documento argumenta que la tecnología no deshumaniza sino que mejora la vida de las personas. Propone una visión más amplia de la educación que integra recursos tecnológicos diseñados y no diseñados específicamente para la educación junto con recursos humanos. Sugiere que la tecnología educativa puede motivar a los alumnos y hacer que participen activamente en su propio aprendizaje en lugar de ser pasivos.