El Primer Mandamiento requiere que amemos a Dios sobre todas las cosas, manifestando ese amor a través de obedecer sus mandamientos y creer en todas las verdades de fe. Pecar contra este mandamiento incluye maltratar lo consagrado a Dios o pertenecer a grupos como la masonería que son contrarios a la religión. Para que la duda sobre una verdad religiosa sea pecado, debe ser voluntaria y no hacer actos de fe puede impedir la salvación.